El dolor que produce perder a un ser querido por culpa del cáncer vuelve a mi una vez más. Son incontables las veces que compartí momentos de moda o música con Bimba Bosé y, lejos de esa imagen dura que siempre le caracterizó sobre la pasarela o frente a la cámara, su manera de ser fue siempre muy cariñosa y llena de sentido del humor. Nos ha dejado a los 41 años y tras luchar como una valiente frente a esta terrible enfermedad durante dos años. Siempre creí que la vencería y hoy me siento inmensamente vulnerable ante lo ocurrido. Bimba surgió de una familia única que, desde el primer momento, apoyó su gran talento creativo. Teniendo en cuenta esto, su meteórica carrera como modelo usando su nombre de nacimiento, Eleonora, a principios del nuevo siglo fue tan solo una casualidad. Al menos, así era como a ella le gustaba explicarlo. Sin embargo, convertirse en musa de Tom Ford para Gucci, posar para Mario Testino o Steven Meisel y triunfar en la pasarela internacional durante varios años con su potente imagen andrógina fue algo inolvidable para mi… que estaba observándole en esos desfiles mientras trabajaba para Vogue España. Al mismo tiempo, su estrecha colaboración con el diseñador David Delfín dio lugar a uno de los capítulos más interesantes de la reciente moda española, aportándole un vanguardismo arty que conectó al instante con una nueva modernidad española. Después volvería a sus raíces musicales a través del grupo The Cabriolets, de su faceta como estupenda DJ y, cómo no, del dúo con su tío Miguel, versioneando Como Un Lobo en un momento irrepetible del pop español que incluyo en este post de lunes sombrío… aunque en Madrid brille el sol. Sin Bimba, nuestra moda pierde una provocación y una emoción que solo ella le supo aportar. ¿Cuánto le vamos y le voy a echar de menos? Mucho, muchísimo. Ahí va el citado vídeo y dos galerías de imágenes dedicadas a esa Bimba modelo que tanto me ha fascinado siempre y a sus imponentes aperturas de desfile para la firma Davidelfin en la MBFWM.