El ámbito de la joyería es, sin duda, controvertido cuando de sostenibilidad se habla. La minería de oro, plata y piedras preciosas es altamente contaminante para el medioambiente. Sin embargo, ha llegado el momento de dar la bienvenida a una nueva generación de slow jewelry, centrada en permitirnos lucir joyas de una manera más consciente. ¿Cómo? Usando materiales ecológicos, practicando el upcycling, tiñendo con pigmentos naturales y mejorando su trazabilidad al fomentar la producción local de forma responsable.
A continuación, destacamos 10 propuestas made in Latam de slow jewelry que triunfan tanto por sus diseños como por la historia que hay detrás de ellos. Aprovecha esta temporada y dale un level up a tu look con este tipo de slow jewelry sostenible. Te invitamos a disfrutar de una travesía ecofriendly a través de las joyas más originales, elegantes y favorecedoras.
Veronika Sálomon y su madre, Marta Lía Sánchez, son las responsables de esta marca ecuatoriana que nació en 2008 como propuesta de slow jewelry. Ambas forman un team perfecto, ya que Marta es diseñadora de joyas y su hija estudió gemología y joyería sostenible. A través de su filosofía ecofriendly se han convertido en una empresa con carbono neutro, rediseñando joyas para reducir la demanda de materiales y poder dar una segunda vida a piezas que proceden de la tecnología o del plástico que contamina los océanos. Asimismo, usan oro reciclado de proveedores locales que es moldeado por artesanos de su país.
Daniela Álvarez fundó su firma inspirada por la cultura mexicana. Su taller se encuentra en Ciudad de México, donde trabajan artesanos locales en condiciones justas creando una propuesta de slow jewelry que consigue ahorrar en su producción un 75% de agua, de energía y de residuos de metal. Además, emplean oro y cobre reciclados, los cuales son fundidos y transformados en piezas atemporales. Incluso su packaging es de yute biodegradable. Para Daniela, el arte es una manera de cuestionar y transformar la realidad y, por tal razón, con su firma pretende ayudar a construir un mundo más humano y consciente.
Esta firma surge en 2016 como una empresa familiar que persigue un sueño en concreto: recrear la flora y fauna colombiana a través de sus joyas. El orfebre Omar Hurtado, que se dedicaba a realizar réplicas de diseños precolombinos, se unió a su hijo Andrés para crear piezas originales de slow jewelry. Sus colecciones están formadas por siete piezas pequeñas llenas de color. ¿La mejor parte? Trabajan de manera artesanal a partir de plata reciclada procedente de equipos electrónicos. Además, cada una de sus joyas está pintada a mano con pigmentos naturales del Amazonas en colaboración con tribus indígenas.
Divertida, versátil, creativa y, cómo no, sostenible. Así es Filamental, una firma colombiana creada hace tres años por Daniela Corredor y Víctor Castillo. A través de su propuesta son capaces de diseñar accesorios a partir de bioplástico, hecho de maíz y de caña de azúcar. Su objetivo es aprovechar la tecnología para proteger el medioambiente, por ello, todas sus piezas de slow jewelry son fabricadas con impresión 3D. ¿Su inspiración? Se encuentra en la naturaleza, los colores y la geometría. Atención a su última colección Suite 44, porque incluye metales y cristales de Swarovski combinados con el citado e innovador material insignia de la marca.
Esta firma chilena fusiona lo retro y lo galáctico para crear diseños eclécticos y únicos. Su creadora, Marcela Meignan, encontró en los Annunakis, la tribu más antigua de la Tierra proveniente del planeta Nibiru, el nombre de su propuesta de slow jewelry. Su historia comenzó realmente cuando Marcela fundió un brazalete de oro macizo que le había dado su madre. Desde entonces, comenzó a experimentar con joyería sostenible empleando oro de 18 quilates, que es el permitido para ser reciclado. Sus piezas son handmade to order, son creadas por artesanos locales y llevan piedras preciosas y elementos indígenas para que irradien energía positiva y se atesoren por siempre.
Victoria Sánchez siempre tuvo una gran pasión por el arte y el diseño… pero decidió estudiar periodismo y administración. Pese a esto, ella sentía que el arte faltaba en su vida. Así que se matriculó en la Escuela de Alta y Fina Joyería de Bogotá para, posteriormente, tomar clases en el Instituto Gemológico Español. Con su marca de slow jewelry pretende generar conciencia, trabajando con plata reciclada proveniente de restos de radiografías, litografías y placas obsoletas. Asimismo, sus piezas son hechas a mano por artesanos colombianos de las regiones de Mompox y Bolívar, utilizando la técnica de la filigrana para crear joyas inspiradas en pinturas famosas con el fin de crear un vínculo entre la mujer y el arte a través de ellas.
El romanticismo y el maximalismo forman un mix and match perfecto en el universo de Onilium. Su fundadora, Bárbara Palacio, es de Medellín, pero estudió estilismo en el IED de Milán y, actualmente, reside en Canadá, donde cursó un posgrado de diseño de moda y comunicación en la Universidad Ryerson. Su proyecto final fue crear una joyería con storytelling y… así nació Onilium. Su sede está en Toronto. pero sus piezas son hechas a mano por artesanos colombianos. Bárbara promueve la slow jewelry usando bronce parcialmente reciclado, que luego se baña en oro y plata de 24 quilates. E invita a sus clientes a que le envíen joyas usadas para restaurarlas y transformarlas en nuevos tesoros cargados de historia.
Esta marca colombiana rinde homenaje a los frijoles convirtiéndolos en gemas preciosas de alta calidad. Su creadora, Xandra Uribe, se enamoró de estas semillas tras descubrir en Portugal una reserva con distintos tipos de frijoles y entender su significado histórico y su olvidado valor. Por tal razón, al llegar a su país creó su propio frijolatorio y… surgió By Xan. Colombia es el tercer país, después de México y Perú, con más variedad de frijoles. Y Xandra, orgullosa de trabajar con artesanos locales, crea piezas únicas con las semillas que crecen en su jardín y con moldes de frijoles bañados en oro de 24k. Además, su slow jewelry se entreteje con resistente hilo de cúmare, una fibra propia del Amazonas.
En 2017, Aysha dejó de lado la extracción de plata tradicional y empezó a implementar plata recuperada de radiografías. ¿Su objetivo? Generar el menor impacto posible en nuestra planeta. De nacionalidad colombo-pakistaní, aprendió durante sus estudios en el Instituto Marangoni de Milán que los accesorios son una manera de expresarse y, exactamente, eso es lo que quiere que hagan sus clientes a través de su slow jewelry. Gracias a su fascinante creatividad juega con distintas texturas y símbolos culturales para crear joyas que hablan por sí solas. Afincada en Colombia, Aysha crea su propuesta con la ayuda del maestro joyero Luis Alfonso Tinjaca y de otros artesanos que utilizan materiales certificados de minería que garantizan la calidad y la pureza.
Desde Uruguay llega esta firma para mostrar al mundo que “se puede ser amante de la moda y cuidar el planeta al mismo tiempo”. Rosario Lorio creó Chiaramo en 2019 como propuesta de joyería tradicional, pero a los pocos meses dio un giro hacia la sostenibilidad. ¿Cómo? Utilizando nylon reciclado y plástico PET. Su slow jewelry es zero waste y aprovecha el color de los materiales reciclados para evitar los tintes artificiales. Además, Rosario contribuye con la economía local dando oportunidad a artesanos orfebres que crean los herrajes metálicos en alpaca y latón. Su marca se dirige a personas de espíritu libre que son firmes defensoras de que los cambios son posibles.
