El Instituto Ecoéstetico Vanessa Molina es el centro valenciano en el que esta profesional imparte sus protocolos desarrollados con la apartología más avanzada y cosmética clean beauty
Hay personas que nacen con vocación de cuidar a los demás. Ese es el caso de Vanessa Molina, una empresaria experta en belleza que apostó por abrir un centro ecoestético cuando apenas se oía hablar de sostenibilidad y cosmética ecológica. «Desde pequeña me gusta cuidar y mimar a las personas, hacer que se sientan bien», nos cuenta la empresaria. Este afán de cuidar la llevó a querer ser enfermera, pero pronto comprendió que ese no era su sitio. Lo suyo eran los cuidados, sí, pero desde otra perspectiva: la belleza respetuosa y consciente.
El camino hacia la belleza sostenible
La carrera profesional de Vanessa Molina comenzó hace tres décadas en centros de belleza convencionales. Allí aprendió la profesión, pero no lograba sentirse realizada. Quería diferenciarse del resto y crear su propia identidad en el mundo de la belleza. El día que decidió aprender sobre alimentación sostenible y cambiar sus hábitos se convertiría en el punto de inflexión de su carrera (aunque ella todavía no lo supiera). «Noté grandes cambios físicos y gané calidad de vida y bienestar. Me encontraba tan bien que pensé: ¿Por qué no incluirlo en mi trabajo?», recuerda Vanessa.

Y así lo hizo. Lo que empezó como una inquietud personal se acabó convirtiendo en el que sería su motor de cambio profesional: enfocar su proyecto de estética y belleza hacia la sostenibilidad. «Fue todo un reto. En aquel momento no había materia prima ecológica en cosmética. Comencé a localizar productos fuera, a testarlos y a crear mis propios protocolos», nos cuenta la empresaria. ¿El resultado? Una visión holística, sostenible y responsable de la belleza que hoy se materializa en su propio proyecto: el Instituto Ecoestético Vanessa Molina.
Un eco-oasis de belleza y bienestar
Su centro ecoestético homónimo, situado en pleno corazón de Valencia, es mucho más que un centro de estética, es un espacio de bienestar con alma sostenible que refleja su concepto de belleza. Una belleza con sentido, consciente y respetuosa con la piel y con el entorno, y con una clara premisa: «cuidar la piel sin agredirla».
Para Vanessa Molina «dedicarse tiempo a uno mismo es salud», y así lo refleja su espacio. En él, todo está pensado para potenciar el bienestar y minimizar el impacto ambiental apostando por innovadores protocolos que combinan la aparatología más puntera con las mejores firmas de cosmética clean beauty. Para ella, la belleza se mide tanto en resultados como en responsabilidad.

Vanessa Molina cree firmemente que el futuro de la belleza es sostenible, por eso trabaja solo con firmas cosméticas que cumplen con estrictos criterios de sostenibilidad y que, tras probarlas, se ajustan a sus estándares. Todo ello hace que su centro sea uno de los espacios referentes de belleza sostenible. Ahora que conoces la historia de Vanessa Molina y de su espacio de belleza, ha llegado el momento de descubrir en detalle cuál es su visión sobre la sostenibilidad en la industria de la moda y de la belleza y cómo la aplica en su día a día a través de nuestro cuestionario Ecolover.
¿Cómo definirías tu personalidad propia como Ecolover?
Mi personalidad como Ecolover se caracteriza por un fuerte sentido de responsabilidad, el apoyo a marcas sostenibles y un deseo genuino de inspirar a otros a adoptar un estilo de vida más consciente y ecológico. Soy una persona apasionada y proactiva que siempre está buscando maneras de reducir el impacto ambiental y promover prácticas ecológicas en mi vida diaria y a través de mi trabajo en el centro Vanessa Molina.
¿Cuál es el mayor reto sostenible al que se enfrenta la belleza en la actualidad?
Creo que la cosmética ecológica y natural se enfrenta a varios retos importantes en la actualidad. Uno de los principales es la transparencia en el marketing. Muchas veces, los productos se etiquetan como «naturales» o «ecológicos» cuando, en realidad, contienen solo un pequeño porcentaje de ingredientes naturales. Otro reto significativo es el precio. Las marcas que utilizan ingredientes de alta calidad y envases responsables, a menudo, tienen precios más elevados. Creo que es crucial trabajar hacia una mayor accesibilidad.

¿Crees que es posible transformar la industria de la belleza en una economía circular?
La economía circular es muy relevante en la cosmética. El reciclaje y la reutilización de envases se está volviendo cada vez más común y muchas marcas están adoptando estas prácticas. Nosotras trabajamos en el centro Vanessa Molina con una marca que se enfoca en esto y es gratificante ver cómo la gente se sorprende y se interesa por el reciclaje de los envases de cosméticos. Además, el hecho de reutilizar envases no solo es beneficioso para el medioambiente, también puede hacer el producto más económico.
¿Qué parte de la sostenibilidad despierta tu lado más activista?
La calidad de vida de las personas y su bienestar integral. La sostenibilidad no solo debe abordar cuestiones ambientales, también debe centrarse en la forma en la que vivimos y nos cuidamos. Es fundamental promover un estilo de vida que fomente la salud física y el bienestar psicológico. En la actualidad, muchas personas se sienten atrapadas en un ciclo de estrés que afecta su calidad de vida. Abogar por un cambio hacia una vida más equilibrada y consciente es esencial.
¿Cómo reaccionas ante un evidente caso de greenwashing?
Me enfada y decepciona mucho que se permita el engaño hacia los consumidores a través del greenwashing. Es frustrante ver cómo algunas marcas aprovechan la moda de la sostenibilidad y sus beneficios en términos de marketing, sin tener un verdadero compromiso con las prácticas ecológicas. Es fundamental que nos preocupemos por lo que compramos. Debemos investigar y asumir la responsabilidad de conocer lo que hay detrás de los productos que elegimos.
¿Crees en la moda y la belleza como un buen vehículo para promover la solidaridad?
Sí, creo que tanto la moda como la cosmética natural pueden ser herramientas efectivas para promover la solidaridad. En la moda, es más fácil ver el impacto de elegir marcas éticamente responsables, ya que hay un enfoque creciente en apoyar a diseñadores locales y pequeños talleres. En la cosmética natural, aunque puede ser un poco más complicado, hay maneras de fomentar la solidaridad. Una forma es elegir productos locales y de pequeñas empresas. Al hacerlo, desde Vanessa Molina no solo apoyamos la economía local, también fomentamos prácticas más responsables en la producción de cosméticos.


¿Quién o quiénes te inspiran para trabajar respetando el medioambiente?
Me inspiran las empresas que están comprometidas con la sostenibilidad. Las grandes corporaciones, con su capacidad de influencia, pueden tener un impacto significativo, pero las pequeñas empresas también desempeñan un papel crucial. Estas últimas, a menudo, realizan una labor muy bonita creando productos de calidad a pesar de sus limitados recursos. Su dedicación y creatividad son inspiradoras y su trabajo merece ser reconocido.
¿Cuál es el mayor reto sostenible al que te enfrentas actualmente?
Además del reto de educar a los y las clientas del centro Vanessa Molina, otro gran desafío es la falta de tiempo y la urgencia que muchas personas sienten en relación a sus cuidados estéticos. La cultura actual promueve la inmediatez, lo que puede llevar a expectativas poco realistas sobre los resultados en el cuidado de la piel. Es fundamental recordar que cada producto y cada tratamiento tiene su propio ritmo y proceso, que requiere tiempo y paciencia. La presión por obtener resultados inmediatos puede ser contraproducente.
¿Cómo contribuyes a fomentar el consumo consciente de belleza?
En primer lugar practicando un consumo responsable y eligiendo productos que eviten ingredientes dañinos. Por ejemplo, es fundamental usar protectores solares sin componentes tóxicos para evitar contaminar nuestros océanos y dañar la vida marina. Esta preocupación es clave para mí y la comparto diariamente con nuestros clientes, con mi equipo de trabajo y en mis redes sociales del centro Vanessa Molina.
¿Qué libro, documental o película ecofriendly recomendarías?
Residuo Cero en Casa, de Bea Johnson. Es un libro que se centra en el movimiento de reducción de residuos y cómo llevar un estilo de vida más sostenible. A través de su propia experiencia, Bea ofrece un enfoque práctico para minimizar los desechos en el hogar. Es muy útil e interesante. Te ayuda a simplificar tu vida y centrarte en lo que realmente importa.
¿Qué actividad al aire libre prefieres para desconectar y relajarte?
Me encanta ir en bici, nadar en el mar y hacer rutas por la montaña.
¿Cuál es tu momento wellness favorito de la semana?
Me siento muy bien cuando me cuido. Hacer deporte es fundamental para mí y, si puedo, lo practico tres veces a la semana. Cada sesión me hace sentir mejor y es un momento que valoro muchísimo. También disfruto mucho cocinando, aunque lo cierto es que me encantaría tener más tiempo para hacerlo. Cuando dedico tiempo a preparar comidas saludables para mi familia, me siento muy bien. Y me encanta darme un buen masaje en mi centro Vanessa Molina, cómo no.

¿Crees que tu propio armario se podría considerar sostenible?
Me encantaría, pero no puedo decir que lo sea al 100%. Tengo prendas sostenibles, pero no todas lo son. Me resulta complicado, por la falta de tiempo para encontrar tiendas que se adapten a mi estilo y que, además, tengan prendas que sean accesibles económicamente. Me gusta vestir bien y estar a la moda, pero también quiero evitar un consumo excesivo. Estoy trabajando en mejorar mis elecciones. Es un proceso en el que sigo avanzando.
¿Cómo contribuyes a fomentar el estilo de vida zero waste?
Lo hago de varias formas. Lo primero, y más importante, es el reciclaje. En casa lo hacemos desde hace muchos años, lo consideramos esencial. Me aseguro de elegir productos que sean reciclables. Me encanta utilizar opciones que permiten recambios, ya que ayudan a minimizar el uso de envases desechables. Hago todo lo que está en mis manos al respecto, aunque reconozco que a veces puede ser un desafío. Estoy constantemente aprendiendo y buscando nuevas formas de mejorar.
¿Un último mensaje que te gustaría transmitir en defensa de la sostenibilidad?
Es alentador ver que las generaciones más jóvenes son cada vez más conscientes de estos problemas y están impulsando un cambio. Pero necesitamos que todas las partes de la sociedad, especialmente las grandes corporaciones, se comprometan a avanzar hacia una sostenibilidad real y efectiva. Debemos trabajar juntos para apreciar lo que tenemos y construir un futuro más consciente y responsable, donde la sostenibilidad no sea solo una tendencia, sino una norma que respetar.