Descubre la labor de la activista indígena que actúa como guardiana de la Amazonía ecuatoriana y lucha por garantizar los derechos de su comunidad
En medio de la lucha por la biodiversidad y los retos a los que se enfrenta la vasta selva amazónica, ha surgido una figura destacada. ¿Su nombre? Helena Gualinga. Esta joven activista ecuatoriana pertenece a la comunidad Kichwa de Sarayaku y se ha convertido en un faro de esperanza y liderazgo en el ámbito de la sostenibilidad y la protección del Amazonas.
A sus 22 años ha podido evidenciar dos perspectivas de vida totalmente distintas, ya que su padre es sueco-finlandés y su madre indígena Kichwa: “Al tener un padre europeo he contado con privilegios que mi comunidad no tiene. Por ello, no he dudado en aprovechar esta parte de mis orígenes para alzar mi voz y lograr un cambio positivo tanto en mi comunidad como en el mundo entero”.
El origen de su eficaz activismo
Desde una temprana edad, Helena Gualinga estuvo inmersa en la cultura ancestral Sarayaku, donde entendió la profunda conexión que existe entre su tribu y la naturaleza. Además, su pueblo ha sido un firme defensor de la Amazonía y ha resistido frente la explotación petrolera en su territorio: “Crecí inmersa en un continuo proceso de lucha y organización, en el que pude ser testigo del trato injusto que se le da a los indígenas y de cómo se aprovechan de nuestros recursos”.
De ese modo, Helena Gualinga ha participado en campañas internacionales y en discursos de foros globales para velar por los derechos indígenas y la protección medioambiental: “Quisiera que todas las comunidades pudieran tener el poder de decidir por ellas mismas y, de esa manera, seguir conservando las selvas que hemos protegido por tanto tiempo y que son parte importante del pulmón del mundo”.
Vocera global de la madre tierra
Como defensora de la Amazonía, Helena Gualinga promueve prácticas sostenibles que actúen en defensa del planeta y que, a su vez, fomenten la equidad social y económica dentro de las comunidades. Cabe destacar que el activismo de esta joven indígena ha sido reconocido por organizaciones internacionales, medios de comunicación y defensores de los derechos humanos.
Gracias a su gran capacidad para abordar las complejidades de la justicia medioambiental y los derechos indígenas, se ha posicionado como una figura inspiradora y respetada que, orgullosamente, representa a los pueblos latinoamericanos. Incluso, en 2023 recibió el Premio Diane Von Furstenberg (DVF) al liderazgo. Por otra parte, Helena Gualinga utiliza sus redes sociales como una herramienta para difundir su poderoso mensaje: “Hay que proteger y preservar nuestros ecosistemas de manera ética y como una necesidad para las generaciones futuras”.
La ecomisión de Helena Gualinga
Su activismo sostenible, además de ser una call-to-action, también es un recordatorio de la fuerza y la resiliencia de los pueblos indígenas por defender la madre tierra. Y, a pesar de que el camino no sea fácil, ella continuará desafiando las injusticias medioambientales y culturales con determinación y valentía. ¿Su misión? Conservar el legado de su comunidad y abogar por un futuro donde la humanidad y la naturaleza coexistan de una manera amigable.
Sin lugar a dudas, Helena Gualinga ha logrado darle voz y voto a las comunidades indígenas latinoamericanas y se ha convertido en una luz de esperanza en la construcción de un futuro más sostenible. Además, su compromiso y liderazgo nos recuerda que la protección medioambiental es una responsabilidad que nos corresponde a todos y todas.