La moda japonesa triunfa por su diseño conceptual, su artesanía, su innovación en las técnicas y una meticulosa atención a los detalles. Diseñadores como Issey Miyake, Rei Kawakubo o Yohji Yamamoto revolucionaron Occidente en la década de los años 80 con sus vanguardistas diseños. Tod@s ell@s desafiaron los códigos estéticos conocidos hasta el momento, convirtiéndose en un hito de la historia de la moda. Tal herencia se ha perpetuado hasta nuestros días y se puede apreciar en el trabajo de las nuevas generaciones de creadores. Un claro ejemplo es el de Ryota Iwai, fundador y director creativo de AURALEE.
En apenas una década, esta firma con sede en Tokio se ha convertido en uno de los grandes referentes de la moda japonesa actual. Y no precisamente por ser diseños novedosos o llamativos. Todo lo contrario. Se trata de prendas básicas, funcionales y atemporales cuyo principal valor reside en los tejidos. ¿La razón? Todos ellos son originales y se fabrican uno a uno de forma artesanal en talleres locales. Ya sea para un abrigo o para un par de calcetines, el diseñador pone el mismo énfasis en la calidad de los materiales utilizados para su confección, así como en la técnica empleada.
De hecho, esta es su principal inspiración a la hora de diseñar: “Las ideas vienen a mí a través de la sensación de los diversos materiales y texturas que obtengo. Cada colección comienza con una extensa investigación sobre las mejores materias primas e hilos de alta calidad procedentes de Japón y de todo el mundo”, cuenta en su web. “Después me centro en el diseño y desarrollo de telas originales, aprovechando su inigualable calidad y dando a cada colección un carácter distintivo”.
Fue en 2014 cuando Ryota decidió emprender esta aventura en la moda japonesa. Una trayectoria corta en el tiempo, pero que ya acumula diversos logros. Su debut tuvo lugar en la Fashion Week de Tokio con su colección SS 2015. En 2017 abrió su primera flagship en el sofisticado barrio de Aoyama y solo un año después fue galardonado con el Fashion Prize of Tokyo. Un prestigioso premio de la moda japonesa que, en 2019, le abrió las puertas de la Fashion Week de París, en la que ha participado las dos últimas temporadas.
Pero, ¿cómo se fraguó la carrera de este prometedor diseñador en la moda japonesa? Su interés por este ámbito comenzó mientras trabajaba a tiempo parcial en una tienda de ropa vintage. En un principio no tenía intención de dedicarse al diseño, más bien se inclinaba por abrir su propia tienda de segunda mano. Sin embargo… al acabar la universidad decidió estudiar moda en la prestigiosa Bunka Fashion College.
Su primer trabajo tras graduarse fue como asistente en Norikoike, una firma de moda japonesa especializada en knitwear en la que tuvo la oportunidad de estudiar los materiales textiles desde cero. Y que, sin duda, le sirvió como experiencia precedente para su trabajo en Auralee.
A la hora de diseñar sus prendas, su principal objetivo es que éstas transmitan sensaciones, emociones y belleza. Esto se traduce en piezas que celebran la personalidad individual de cada uno a través de la simplicidad y el enfoque discreto de su silueta. Durante su proceso creativo, Ryota no presta atención a las tendencias, sino que se centra en la calidad del producto final y cómo este se ha fabricado de principio a fin.
De este modo, el diseñador consigue que cada textil terminado sea diferente al anterior. Para ello, él mismo se encarga de viajar al extranjero en busca de materias primas excepcionales. Por ejemplo, a Mongolia para obtener cachemir, a Perú para conseguir alpaca, a Nueva Zelanda o Australia para elegir la lana o a la India para adquirir el algodón. Un modelo de negocio diferente en la actual moda japonesa basado en estrechas relaciones profesionales que defiende desde su primera colección.
En este sentido, su visión sostenible de la moda japonesa tiene mucho que ver con lo anterior: “Una de mis principales preocupaciones es la preservación de un proceso de producción honesto. En el panorama actual, en el que lo normal es recortar gastos y buscar la opción más barata, me preocupa la conservación de las tradiciones. Y también el futuro de la verdadera industria artesana y de la recolección de materiales naturales«.
El impacto positivo es otro aspecto que preocupa significativamente al creador: «Me esfuerzo por reconocerlo no solo en nosotros mismos, sino en todas las partes implicadas en nuestro proceso de producción. Por eso intento que este sea local. Me entusiasma hacer todo lo posible por fomentar el aprecio por la artesanía en un contexto moderno para la moda japonesa”, comentó en una entrevista para la web de Paris Fashion Week.
Sus últimas colecciones son un claro reflejo de la esencia de la firma. Transmiten calma, frescura, calidez y ligereza, evocando así cierta sensación outdoors. Un homenaje a la naturaleza cuya paleta de color mezcla tonos pálidos y neutros con otros más vivos y enérgicos. La silueta de las prendas suele seguir la misma línea temporada tras temporada. Mientras que los tejidos sí que sufren alguna variación, ya que son el punto de partida de la colección.
Para la propuesta FW 2022-2023, Ryota ha utilizado un nuevo tweed desarrollado en su taller, así como algunas mezclas de materiales. La espiga de lana, seda y alpaca o el algodón orgánico de lana y cachemir usados en jerséis, pantalones sastre o vestidos contrastan con el nylon ripstop empleado en chaquetones y chalecos acolchados.
Entre sus propósitos para el futuro, el diseñador aspira a que su firma de moda japonesa siga adquiriendo una mayor visibilidad en el extranjero. Eso sí, sin dejar de presentar sus colecciones en Tokio como agradecimiento a todas las personas que le han apoyado desde sus inicios. Y también a los artesanos que, día a día, trabajan con él y se han convertido en un pilar fundamental de su firma.
