El arte de poner la mesa se eleva al incluir piezas de menaje second-hand con historia seleccionadas por las hermanas Handrich a través de Santa Cosa
No es ningún secreto que la felicidad está en las pequeñas cosas, en saber apreciar la belleza que nos rodea. Esto es algo difícil si nunca lo has practicado y transformador cuando lo integras en tu día a día. Cuando consigues cambiar tu forma de mirar es fácil encontrar la belleza a tu alrededor. Y no solo eso, embellecer tu hogar con muebles y objetos bonitos se convierte en una necesidad. Así es como rituales cotidianos, mundanos, se convierten en momentos especiales, de goce y de disfrute.
Este bonito hábito, junto a la posibilidad de dar una segunda vida a piezas especiales con una historia tras ellas, es el que llevó a las hermanas Blanca y Marta Handrich a crear Santa Cosa hace tan solo unos meses. «Recuperamos piezas olvidadas para darles un nuevo amor«, cuentan sus fundadoras. Algo fácil de conseguir cuando se trata de piezas exclusivas que datan de las últimas décadas del siglo XX y que consiguen elevar y embellecer cualquier mesa.
Una oda a los objetos cotidianos
Juegos de café, mantequilleras, jaboneras, copas… el proyecto de las hermanas Handrich va más allá de la venta de piezas especiales con las que democratizar el lujo y acercarlo al gran público. Santa Cosa se centra en concienciar de la importancia de dar valor a esos objetos que forman nuestro hogar y que utilizamos cada día, poniendo el foco en la sostenibilidad. ¿Cómo lo hacen? Invitando a incluir en nuestra mesa piezas de valor, enseres cotidianos con una historia detrás, objetos rescatados de anticuarios, mercados o subastas de Francia, en su mayoría, a los que dar una segunda vida.
Las piezas que seleccionan las hermanas Handrich están hechas con materiales de primera calidad como la plata, el acero inoxidable, la porcelana o el cristal de murano y, de momento, solo pueden conseguirse a través de su perfil de Instagram. En él las venden a un precio muy asequible gracias a que Santa Cosa no es su principal proyecto, ya que ambas dirigen Handrich, una agencia boutique especializada en marketing y comunicación con sede en Valencia.
Santa Cosa y el consumo consciente
Así pues, Santa Cosa invita a sus clientes a apostar por un consumo responsable, pero también a cuidarse y a cuidar de sus seres queridos rescatando el arte de recibir con mesas bonitas, vestidas con objetos exclusivos. En este sentido, la benjamina de las Handrich, Marta, es la perfecta anfitriona. Meticulosa, atenta, observadora… solo hay que visitar su propio perfil de Instagram para darse cuenta de que a sus mesas no les falta detalle. ¿Te apetece descubrir más sobre su visión de la sostenibilidad? Continúa leyendo el siguiente cuestionario ECOLOVER.
Marta, ¿cómo definirías tu personalidad propia como Ecolover?
Supongo que, dentro de lo que cabe, me gusta consumir moda de forma consciente, apostando siempre por piezas atemporales que puedan durarme mucho tiempo, buscando la excelencia en los materiales y predicando las virtudes del second-hand como alternativa sostenible.
¿Cuál es el mayor reto sostenible al que se enfrenta la moda actual?
Educar a los y las consumidoras. Sobre todo a los más jóvenes, para no caer en la fast fashion y desarrollar un cambio de mentalidad un shopping más consciente.
¿Es posible transformar la industria de la moda en una economía circular?
Es posible hacer lo que cada uno tenga en su mano. Sé que los cambios globales son difíciles, pero tengo mucha fe en los cambios individuales.
Fotografías de Nuel Puig.
¿Qué parte de la sostenibilidad despierta tu lado más activista?
Sin duda la moda second-hand. Poder dar una nueva vida a viejas prendas, poner en alza el valor de los patrones y las formas de producción de antes y revisitar nuestro pasado para entender nuestro presente.
¿Cómo reaccionas ante un evidente caso de greenwashing?
Poniendo a esa marca en mi lista negra de tiendas a evitar en la medida de lo posible.
¿Crees en la moda como un buen vehículo para promover la solidaridad?
Sí, pienso que la moda es un buen vehículo para la solidaridad y el activismo. Entiendo la moda (que no la ropa) como un arte, y el arte en cualquiera de sus vertientes es una herramienta para despertar en el público muchas cosas.
¿Cómo contribuyes a fomentar el consumo consciente de moda?
A través de Santa Cosa y de mi propio perfil de Instagram, donde intento transmitir mi manera de entender las compras. Esto me ha llevado a perder muchos seguidores, pero no me importa. Prácticamente nunca llevo nada de nueva temporada y repito muchísimas prendas, porque quiero mostrar que lo normal debería ser comprarte algo y ponértelo miles de veces, amortizar esa compra. Pero mucha gente solo sigue a gente que le enseña lo último de lo último, la tendencia.
Fotografías de Nuel Puig.
¿Qué libro, documental o película ecofriendly recomendarías?
El libro La moda justa, de Marta D Riezu.
¿Qué actividad al aire libre prefieres para desconectar y relajarte?
Pasear y practicar pilates al aire libre.
¿Cuál es tu momento wellness favorito de la semana?
Clase de pilates el sábado por la mañana para después desayunar un açaí casero.
¿Crees que tu propio armario se podría considerar sostenible?
No al 100%… pero sé que estoy en el buen camino.
¿Un último mensaje que te gustaría transmitir en defensa de la sostenibilidad?
Menos es más en todos los sentidos. Hay que ser sostenible en la vida, pero también en el trabajo y en las relaciones personales. Compra menos pero mejor, elige lo que comes y sé consciente de dónde viene. Rodéate de personas que te pongan de buen humor e intenta trabajar para vivir y no vivir para trabajar.