El pasado mes de diciembre veía la luz la buena noticia: el Acuerdo Internacional de Bangladés, firmado en septiembre de 2021, se extiende a Pakistán en 2023. Conocido como Acuerdo Internacional para la Salud y la Seguridad en la Industria Textil y de la Confección, se trata de un documento legalmente vinculante cuyo objetivo se centra en abarcar y mejorar la seguridad de las fábricas, así como las condiciones de los trabajadores implicados en la cadena de suministro de la moda.
Será en primavera cuando este acuerdo histórico para Pakistán, que admite la adhesión desde el 16 de enero de este año, entre en vigor. Tal y como han dado a conocer desde la propia organización, consiste en una versión renovada y ampliada de su predecesor. Tal y como explicaba en una entrevista con Vogue Business Joris Oldenziel, director ejecutivo del Acuerdo Internacional, “desde el plan inicial de 2013 se ha luchado por crear una industria de la confección segura, donde los trabajadores no tengan que temer incendios, colapsos de edificios u otros peligros o accidentes importantes que se pueden evitar con medidas razonables de salud y seguridad”.
Recordemos que fue la terrible tragedia ocurrida en 2013 en el edificio Rana Plaza en Daca, capital de Bangladés, considerada el desastre más mortífero de la industria textil hasta la fecha, el detonante para que, de una vez por todas, se tomaran medidas efectivas que salvaguardasen el bienestar de las personas dedicadas a esta industria. Un sector de la población que es tremendamente vulnerable y que, sin embargo, demasiado a menudo se pasa por alto.
Pakistán es considerado uno de los epicentros de la producción textil en el mundo, motivo por el que, junto a Sri Lanka, Marruecos e India, constituye uno de los cuatro países prioritarios en la firma del citado Acuerdo. De hecho, el número de fábricas textiles ubicadas en el país asiático es significativamente mayor al de, por ejemplo, Bangladés. Por este motivo, Oldenziel explicaba que el Acuerdo de Pakistán tendrá un alcance diferente y, además, se ampliará más tarde para así poder cubrir también las fábricas de telas.
Entre los principales puntos clave que se abordan en el texto se encuentran, entre otros, las inspecciones de seguridad independientes para minimizar los riesgos de incendio, eléctricos, estructurales y de calderas; alto nivel de transparencia fábrica por fábrica; la formación de un Comité de Seguridad y un programa de capacitación al respecto; o un mecanismo independiente de quejas de los trabajadores. En definitiva, el protocolo necesario que cualquier empresa debería seguir en Pakistán para garantizar un ambiente y unas condiciones laborales dignas a sus empleados.
«Estos son procesos que llevan tiempo para negociar. Las marcas, los proveedores y los gobiernos deben moverse más rápido y mirar el ejemplo que da Bangladés para comprobar la importancia del Acuerdo en la protección de los trabajadores, que, en consecuencia, protege la imagen de los países productores y la industria”, declaraba en la misma entrevista Mark Anner, director del Centro para los Derechos Globales de los Trabajadores y profesor de relaciones laborales y laborales y ciencias políticas en la Universidad Estatal de Pensilvania.
Por el momento, 190 firmas y fábricas de minoristas ya han firmado el acuerdo de Pakistán. Entre ellas, gigantes como Bestseller, C&A, H&M, Inditex, Otto Group o PVH Group. Y se espera que las que todavía no lo han hecho (que son muchas más que las que sí) se vayan uniendo paulatinamente. Para quienes estén interesados en conocer las nuevas incorporaciones, la ONG Remake Our World está preparando lo que definen como Accord Tracker, una herramienta digital que permitirá mantenerse al día sobre qué empresas han firmado y cuáles no.
Y una vez más, esta organización ha sido una de las principales impulsoras del Acuerdo de Pakistán a través de su campaña Accord Remake, que incluye acciones a través de redes sociales y de emails. Su papel ha sido fundamental para visibilizar y concienciar sobre esta iniciativa, tanto al público como a las propias firmas. ¿El objetivo? Conseguir que cada vez más gente sea consciente de esta situación, colabore y, de este modo, contribuya a que estos acuerdos se sigan expandiendo a otros países.
