Si las expectativas de los consumidores en términos de ética y ecología han dinamizado el mercado del cuidado de la piel en los últimos años, la perfumería tradicional también parece empezar a escucharlas. En parte es gracias a que, cada vez más, las personas tenemos la necesidad de saber qué nos estamos aplicando sobre la piel, pero también de asegurarnos sobre si la composición del producto en cuestión es respetuosa con el medioambiente. Y es que los perfumes ocupan un lugar muy importante en nuestras vidas, no solo por el hecho de querer oler bien, sino por la íntima relación que tienen con las emociones y los recuerdos.
“Las propuestas de perfumería nos ayudan a expresarnos como seres humanos, a crear recuerdos sin darnos cuenta y, lo que es más importante, nos ayudan a recordar. A veces, a través de un aroma se crean recuerdos de personas, de lugares y de momentos en nuestras vidas que acaban escondidos en nuestra mente. Al oler una fragancia no solo recordamos, sino que sentimos las emociones que crearon ese recuerdo. Ese es el superpoder de los perfumes”, desvela Marina Barcenilla, perfumista independiente, astrobióloga, divulgadora, académica de la Academia del Perfume y pionera de las fragancias naturales.
¿Por qué los perfumes naturales son una tendencia al alza?
No es nada nuevo. La industria beauty es, en la actualidad, una de las más contaminantes. Y no lo digo yo, la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética, STANPA, asegura que el sector utilizó en 2022 más de 200 millones de envases de vidrio. Esto supone, en términos de producción, un consumo energético muy elevado y un alto impacto en la huella de carbono. Precisamente esto es lo que se quiere evitar con la cosmética y perfumería ecofriendly. Los perfumes respetuosos con el medioambiente son una tendencia que ha llegado para quedarse, reduciendo el uso de notas sintéticas para dar paso a ingredientes más naturales.
Sin embargo, en materia de perfumería es más complicado crear formulaciones clean y packagings respetuosos o, como alternativa cada vez más popular, diseñar formatos refill. ¿El motivo? Desarrollar un perfume clean es mucho más restrictivo que desarrollar una crema, por no hablar de que las materias primas naturales utilizadas también son diez veces más caras que las sintéticas. Pero nada es imposible y en este post te demostraremos que es posible oler deliciosamente bien y respetar el planeta a partes iguales.
“El mundo del perfume está de capa caída, tiene una necesidad vital de reinventarse. Básicamente, y como muchos consumidores, estoy harto de perfumes sintéticos que ya no nos atrevemos a usar sobre la piel por miedo a que nos den alergia y de envases no reciclables. Y todo ello enmascarado con el bla bla bla del marketing para hacer soñar al cliente y hacerle creer que está obteniendo una buena relación calidad-precio. Lo cierto es que no hay nada natural en todo eso y sí mucho daño al planeta”, asegura Emmanuel Roche, creador de Aemium, una maison francesa de perfumería natural de lujo.
Pero… ¿cómo se consigue crear un perfume que sea sostenible?
Jazmín de India o Egipto, sándalo de Indonesia, vetiver de Haití, vainilla de Madagascar, rosa de Marruecos o Turquía, cítricos de Sicilia o Túnez… En veinte años, todas las grandes empresas de perfumería han puesto en marcha canales de comercio justo con los productores locales y han mejorado las prácticas agrícolas. ¿Cómo? Transformando la materia prima con menos agua y energía. Por otra parte, muchas firmas beauty están trabajando en fórmulas biodegradables con trigo orgánico o alcohol de remolacha. Pero no es tan simple, ya que hay que tener en cuenta que no todos los ingredientes naturales son eco-responsables.
En ocasiones, las notas sintéticas resultan más sostenibles que ciertas flores en extinción. La clave reside en controlar los recursos naturales para no agotarlos y que, por supuesto, la extracción se haga de una manera respetuosa y consciente. Pero aparte, el ámbito de la perfumería avanza en la dirección correcta apostando por la denominada química verde, a través de las extracciones de CO2 en frío, la destilación al vapor o los nuevos métodos de enfleurage (método tradicional para extraer aceites esenciales de flores delicadas).
Respecto al packaging, este ha de ser 100% reciclado y reciclable. En el caso de elegir botellas de vidrio para la perfumería, lo ideal seria hacerlo con formato refill para poder recargarlas cuando sea necesario. Y si se utilizan tapones de corcho no deberían incluir ningún tipo de partículas de plástico.
3 perfumes naturales que deberías tener en tu radar beauty
A la hora de escoger perfumería natural hay que tener en cuenta que, en una fragancia tradicional, la nariz tiene una variedad de hasta 5000 notas olfativas, mientras que en una natural esas notas se ven reducidas a 500. Además de contener muy pocas notas en su formulación, suelen necesitar entre 10 y 30 materias primas naturales aproximadamente para crearse.
Elixiris de AEMIUM es el perfume de lujo que es resulta al trabajar con una de las materias primas más prestigiosas de la perfumería: el iris. Las notas afrutadas de la frambuesa y la frescura de la bergamota se unen con la cremosa almendra en la nota de salida. Un ramo exuberante de heliotropo, mantequilla de iris marroquí y rosa revela un corazón floral que se completa con una base cálida compuesta por un toque de vainilla, pachulí de Indonesia y madera de cedro.
Empathy Eau de Parfum de SALAD CODE pertenece a la perfumería cítrica. El limón siciliano, la lima y la naranja dulce se mezclan con la madera de cedro y las notas de bambú y rosa blanca que desembocan en un aroma fresco y ligeramente desenfadado de carácter juvenil. El 86,43% de sus ingredientes son de origen natural, sin derivados del petróleo, ni colorantes sintéticos, parabenos, phtalatos ni fenoxietanol. Es ideal para la primavera y el verano por el efecto refrescante de su aroma.
Tableau Parisien de ORMAIE PARIS es una fragancia fresca con un punto dulce y especiado y su aroma teletransporta a las calles parisinas. En sus notas de salida destacan el jengibre, la albahaca y la mandarina, mientras que corazón olfativo está compuesto por nardo, rosa, especias y heliotropo junto a su base de vainilla, haba tonka, benjuí y tabaco. Y su envase… es una un tributo al Art Déco parisino, con un tapón tallado en madera de olmo, pulido a mano y barnizado.
