En la industria de la moda (y en la vida en general) hay maneras… y maneras de hacer las cosas. Especialmente a la hora de construir una negocio desde cero. En el caso de LABIENHECHA, una firma de bolsos sostenibles creados en Málaga, su propio nombre revela la hoja de ruta elegida. Un camino por el que, hasta ahora, han sabido sortear curvas y baches para seguir rumbo fijo hacia adelante.
Se trata de un proyecto totalmente local y heartmade formado por once mujeres que, desde su pequeño taller en el barrio de El Palo, trabajan con una visión y unos objetivos claros. Por un lado, crear bolsos de calidad con materiales sostenibles que no comprometan la salud del planeta. Por otro, promover el empoderamiento femenino como emprendedoras. Pero… ¿cuándo y cómo nace Labienhecha?
La firma surgió de forma inesperada un 23 junio de 2019, y no fue precisamente fruto del azar. Más bien del empeño e ilusión que Irene Hernández (Labienhecha “madre”) había puesto en un primer negocio anterior junto a tres de sus compañeras. En 2018, tras dejar su carrera como periodista, montó un taller de confección sostenible que ofrecía servicio a otras marcas que quisieran producir de esa manera.
La idea, sin embargo, no terminó de funcionar: “Hicimos un montón de prototipos con nuestro cuero reciclado para enseñarlos a otros diseñadores y que así vieran la calidad del producto y de nuestro savoir faire”, explican. “Hasta que, un día, nos dimos cuenta de que ese muestrario estaba lleno de alma. Los diseños nos tenían enamoradas y, de algún modo, sentíamos que ahí había algo más».
La intuición nunca falla, o eso dicen. En su caso, acertaron de pleno. Decidieron participar en un mercadillo artesanal de la ciudad en el que, para su sorpresa, llegaron cargadas de bolsos… y se fueron con las manos literalmente vacías. Para ellas, fue “un milagro” que les llevó del casi cierre del taller a plantar la semilla de lo que es, a día de hoy, Labienhecha.
“Nuestro principio fundamental es demostrar con nuestro ejemplo que se pueden cambiar las cosas. Esto es algo que tenemos presente todos los días y es parte intrínseca de nuestro ADN. No hacemos las cosas perfectas, tan solo hacemos las cosas bienhechas”, afirman en su web.
La popularidad de los bolsos Bienhechos, como los llaman en la propia firma, se debe principalmente a una estética minimalista que no pasa desapercibida. Diseños básicos monocolor en diferentes formas y tamaños para adaptarse a las preferencias estéticas y a la personalidad de cada mujer. O dicho de otro modo, ese tipo de bolsos que sirve para toda ocasión y al que siempre se recurre por su versatilidad y comodidad. Además, están preparados para soportar el paso de los años sin dejar de ocupar un lugar preferente en el armario.
La amplia gama de tonalidades en los que están disponibles los bolsos en cuestión es otro de sus grandes atractivos. Desde tonos básicos como el negro, el camel o el blanco, a otros más alegres y vibrantes, como el fucsia, el celeste, el rojo o el naranja. Y algo que llama significativamente la atención es que cada modelo responde a un nombre femenino que, en su gran mayoría, es el de las madres, abuelas, hijas o amigas de sus creadoras.
Pero tan importante es el exterior como el interior. Por eso, el punto fuerte de los bolsos de Labienhecha es precisamente ese: estar bien hechos. Desde el primer boceto hasta que lo recibe la clienta, todo el proceso artesanal que hay detrás hasta llegar a la pieza final sigue sus principios de transparencia y honestidad.
Marta, Cristi, Anita, Belia, Sol, Raquel, Ani, Anaïs, Vane e Irene Jai son, junto a la citada Irene, las manos, la mente y el corazón del equipo de trabajo que hace realidad estos bolsos: “Desde la idea al bolso. Desde el bolso a la caja. Desde la web hasta la traducción. Desde la contabilidad hasta el marketing o la comunicación. Cuando decimos todo, nos referimos realmente a todo. Somos Un proyecto 100% autogestionado por nosotras mismas que, además, rebosa pasión, cariño y mimo».
Para la producción de los bolsos únicamente utilizan eco-materiales certificados, como piel bovina reciclada, algodón orgánico o eco-piel de curtición vegetal (biodegradable y libre de tóxicos). Esta última es una alternativa real y sostenible frente al plástico y otros materiales procedentes del petróleo, que cuenta con las certificaciones Oeko Tex Leather Standard y Global Recycled Standard.
Durante su corta, pero fructífera trayectoria, las adversidades también se han cruzado en el camino de la firma. La primera de ellas fue la pandemia. Apenas dos meses después de abrir su primera tienda física en el centro de Málaga llegó la COVID-19 y, con ella, el fin de esta efímera aventura que, por el momento (porque nunca se sabe), no han podido retomar.
La segunda llegó el pasado mes de enero, cuando a través de un vídeo en su perfil de Instagram anunciaron un parón por motivos financieros: “Tuvimos que tomar decisiones, reajustar procesos, subir nuestros precios porque, literalmente, no éramos rentables. Pero no fue suficiente. Por eso, tuvimos que parar hasta que pudiéramos solucionar todo y darle a Labienhecha el futuro que merece (y que merecemos nosotras) sin renunciar a nuestra esencia o a nuestros valores”.
Gracias a la repercusión y el gran apoyo que recibieron en redes sociales, lanzaron un crowdfunding para recaudar el dinero necesario para volver al taller y, en menos de tres meses, han conseguido alcanzar su objetivo. Para celebrarlo, acaban de lanzar una edición limitada de tres de sus bolsos más populares: Paquita, Ramona y Pepa. Un trío que rinde homenaje a las mujeres que más les inspiraron durante el parón: sus madres y abuelas.
Tal y como hemos comentado, Labienhecha no es solo una firma de bolsos sostenibles al uso. Va más allá. Su historia, sus valores, su dedicación y su compromiso así lo confirman. En definitiva, todas las mujeres que forman parte de Labienhecha son la prueba de que, quien siembra un buen trabajo, tarde o temprano recoge el éxito.