Una de las soluciones que las firmas de moda sostenible llevan a cabo frente al desperdicio textil y el exceso de deadstock es, precisamente, la reparación o el reciclaje de aquellas prendas y tejidos viejos que ya no sirven. Esta idea de reimaginar y reanimar lo ya existente para crear belleza y valor sirvió de inspiración en 2019 a la diseñadora Erin Beatty para fundar RENTRAYAGE.
Con sede en Nueva York, se trata de una firma especializada en la creación a mano de nuevas prendas a partir de telas vintage recicladas. ¿Su objetivo? Sentar las bases de un nuevo modo de pensar a través de métodos innovadores. En francés, el término rentrayage significa “reparar; volver a hacer”. Y eso es principalmente lo que hacen: utilizar la creatividad para transformar el desperdicio textil en diseños únicos.
“Rentrayage es un estilo de vida. Responde a una necesidad del consumidor: un lugar al que acudir para encontrar algo nuevo y diferente, pero sin sentirse culpable. Quería que Rentrayage se dirigiera a un nuevo lifestyle, en el que somos más considerados y reflexivos sobre lo que consumimos”, explicaba Erin a V Magazine.
La sostenibilidad ha sido una asignatura predilecta para Erin desde sus comienzos en esta industria. Ya en 2008, materializó su enfoque consciente y responsable de la moda a través de la firma de lujo sostenible Suno, fundada junto a Max Osterweis. Tras ocho años en activo, en 2016 cerraba sus puertas, dejándole vía libre para embarcarse en su propio proyecto creativo. Su intención entonces era poder seguir trabajando en esta industria alejada del contaminante modelo de negocio tradicional.
Construyó así una firma cuyos cimientos se apoyan en la circularidad, la calidad, la innovación, la educación y la colaboración. Fieles a este compromiso, todos sus diseños se producen en talleres de Nueva York usando únicamente el desperdicio textil, reciclado y reciclable. Este procede principalmente de ropa vintage que buscan y seleccionan ellos mismos. Solo en algunos casos en los que es necesario recurren a otros tejidos, como el algodón virgen, el lino, la seda o la lana, siempre de origen orgánico y responsable.
En defensa de un modelo de negocio transparente y honesto con el consumidor, en la web de Rentrayage se comparte toda la información sobre los proveedores, el proceso de producción y los métodos de fabricación. Una forma de concienciar a la industria sobre prácticas responsables y, a su vez, de ayudar a sus clientes a entender cómo pueden minimizar su impacto y vivir una vida más sostenible e inclusiva.
Respecto a sus diseños, sus colecciones se componen de piezas originales en las que el patchwork y la mezcla de texturas que surgen del desperdicio textil son los grandes protagonistas, ensalzando la capacidad de los tejidos vintage de renacer en algo más bello. Los estampados de flores más románticos conviven con otros de cuadros más grunge, dando como resultado una combinación única de estilos que es todo un hallazgo.
Fue ese punto de vista diferente e innovador el que, al instante, llamó la atención del público y de la prensa especializada. Las colecciones de Erin han aparecido en las páginas de revistas como Marie Claire o NicOtine, e incluso fue entrevistada para la edición digital de The New York Times. Asimismo, desde que empezó ha presentado todas sus colecciones en la New York Fashion Week, algo que le ha ayudado a impulsar tanto el proyecto como su discurso sobre el desperdicio textil.
Junto a sus colecciones, en la web también tienen a la venta una línea beauty y de homewear sostenible, en la que se puede encontrar desde objetos de decoración, como jarrones y candelabros, hasta artículos de menaje o ropa de cama. Todo se ha creado en colaboración con otros artistas y profesionales bajo la misma filosofía sostenible y creativa que sirve de inspiración a Erin desde el comienzo de su aventura con Rentrayage.