Si no te imaginas la vida sin smartphone y solo pensar en la posibilidad de pasar unas horas sin él te genera ansiedad… es el momento de practicar el detox digital
Vivimos rodeados de pantallas. Smartphone, tablet, portátil… ¿dónde quedó el disfrute de la vida 2.0? El formato digital ha monopolizado casi todos los campos de nuestra vida hasta el punto de vivir pegados a las pantallas. ¿Cuántas veces has entrado en Instagram para una consulta rápida y cuando has querido darte cuenta llevabas 15 minutos sumid@ en un scroll infinito? ¿Cuántas cenas de amigos se vuelven silenciosas porque todos están mirando su teléfono en lugar de conversar?
Lo cierto es que las redes sociales son muy adictivas e invertimos horas y horas de nuestro tiempo en ellas mientras podríamos estar dedicándolas a hobbies para los que afirmamos nunca tener tiempo. ¿El primer paso para romper con este bucle infinito? Poner en práctica el detox digital. Con este proceso volverás a ser consciente del valor de tu tiempo y de la importancia de invertirlo en aquello que realmente te interesa.
La era de la hiperconectividad digital
La digitalización ha creado una sociedad hiperconectada basada en la inmediatez. Tenemos acceso a mucha información y conocimiento, podemos estar en contacto con personas que se encuentran a miles de kilómetros, en cualquier parte del mundo; y podemos comprar casi cualquier cosa a golpe de click (algo bastante cuestionable, ya que, en muchas ocasiones, aboca a las compras compulsivas).
Sin embargo, todos estos avances también tienen una parte negativa que se centra principalmente en un deterioro de las relaciones interpersonales. Es algo aparentemente contradictorio porque… ¿cómo puede la hiperconectividad empobrecerlas? Muy fácil: descuidando el vínculo que mantenemos con nuestros seres queridos o, incluso, haciendo que nos aislemos de nuestro entorno porque, tal y como afirma Elizabeth Clapés, psicóloga y divulgadora sobre salud mental, «el uso excesivo de las redes sociales nos desconecta de la vida real».
El tiempo que dedicamos a nuestros familiares o amigos, en muchas ocasiones, se limita a la pantalla. En lugar de quedar para verse y conectar de forma presencial, real, cambiamos esas enriquecedoras interacciones por asépticos mensajes de texto. También se ha deteriorado el disfrute real de experiencias porque prima la necesidad de capturarlo para contarlo frente a la propia vivencia. Como ejemplo, un concierto. ¿Cuántos móviles graban la actuación a la vez? Y lo más sorprendente… ¿cuántas veces volverán a visionarse esos vídeos? Siendo optimistas… una, o tal vez dos. Sin duda, es algo que da que pensar.
Las redes sociales y la salud mental
«Antaño eras lo que tenías, ahora eres lo que compartes», afirma el experto en redes sociales Goldfried Bogaard sobre nuestra identidad en la era de las redes sociales. Todo lo que compartimos da forma a nuestra identidad digital. Y no solo eso, cada publicación es evaluada por nuestros seguidores a golpe de like. Lo que supone un riesgo para nuestra autoestima, que puede llegar a estar condicionada por ese número y generarnos estrés o ansiedad si no conseguimos una cifra “aceptable”.
Las redes sociales están diseñadas para ser adictivas y al igual que pueden desencadenar trastornos, también provocan una buena dosis de dopamina cuando una publicación consigue muchos likes o llegan nuevos seguidores a nuestro perfil. Estas acciones activan el mecanismo de recompensa del cerebro, nuestro sentimiento de valoración externa aumenta y, por tanto, crece la adicción.
Otro de los aspectos que convierte las redes sociales en adictivas es el FOMO (Fear Of Missing Out) que muchas personas pueden sentir al iniciar un detox digital. El FOMO es «un malestar significativo que viene del sentimiento de que otros están viviendo experiencias maravillosas que nosotros nos estamos perdiendo. Está muy relacionado con la sensación de que te estás perdiendo algo al alejarte del móvil», explica Elizabeth Clapés.
Pero… ¿es necesario el detox digital?
Las situaciones expuestas son muy comunes, por lo que podríamos generalizar y afirmar que todos deberíamos instaurar unos hábitos de detox digital en nuestra rutina diaria. La desintoxicación digital consiste en establecer periodos, bien horas concretas en tu rutina diaria o periodos más prolongados, como un fin de semana, en los que reduzcas o elimines por completo el uso del móvil.
«Es importante adoptar unos hábitos saludables de consumo de redes sociales y de uso del móvil. No sirve de nada hacer un detox digital de una semana o de un mes, si después vas a volver a las andadas», advierte la experta. Para ella la clave reside aquí, en adquirir unos hábitos saludables. De esta forma conseguiremos que «el móvil sea un área de nuestra vida, pero que nuestro día no gire en torno a él y así podamos explorar otras áreas».
8 rutinas para iniciar tu detox digital
- El dormitorio, zona libre de teléfonos. No duermas con el móvil en la habitación o, al menos, al alcance de la mano. Tener el móvil en la mesita de noche es una tentación. Opta por comprar un despertador (o rescata uno antiguo), así evitarás utilizarlo antes de dormir. La luz de la pantalla y la actividad frenética de las redes sociales activa nuestro cerebro y hace que nos cueste más conciliar el sueño.
- Sin distracciones en la mesa. No tengas el teléfono en la mesa mientras comes, «esto te ayudará a disfrutar más de la comida y a practicar una alimentación consciente», afirma la experta. Guárdalo también cuando salgas a tomar algo con tus amigos o en el descanso del café con tus compañeros de trabajo. El objetivo es sencillo: estar presente.
- Buenos días sin interferencias. «Espera una hora antes de empezar a utilizar tu teléfono móvil al despertar», recomienda la experta. Hacerlo puede elevar tus niveles de estrés y ansiedad, ya que no puedes elegir qué ves y algunas noticias o publicaciones podrían afectarte negativamente.
- Adiós a las constantes notificaciones. Aunque tengas el móvil en silencio, la pantalla se ilumina con cada nueva notificación que reclama tu atención. La abras o no, ya ha conseguido desconcentrarte de lo que estuvieras haciendo. ¿La forma más fácil de evitarlo? Desactivarlas y verlas sólo cuando tú decidas.
- El tiempo medio de uso del móvil fue de… Lo primero para hacer cambios en tus hábitos es ser consciente de tu situación. Activar el aviso semanal que informa sobre el consumo de horas del móvil es aconsejable. También puedes configurarlo para dejar el teléfono cuando hayas alcanzado un límite marcado.
- La vida profesional tiene sus límites. Comprueba tu bandeja de entrada y responde a los emails de trabajo solo durante tu jornada laboral (si eres autónomo, fija un horario para hacerlo). Una buena forma es instalar una app de correo electrónico y desactivar las notificaciones. Así solo si accedes podrás ver las novedades.
- Actividades sin tecnología… al poder. Lee, practica ejercicio físico o cualquier hobby con atención plena. «Prohíbete coger el teléfono y permítete estar concentrado en el momento presente», recomienda la experta.
- Apps que bloquean el uso del teléfono. Si necesitas una ayuda extra existen aplicaciones como Forest que pueden ayudarte a gestionar el tiempo frente al móvil.
- Por último, pero no menos importante: sé constante en estas rutinas. Su repetición ayuda a generar nuevos hábitos y cada vez te costará menos llevar a cabo el detox digital.
Encuentra el equilibrio digital
Recapitulando. Si integras estas rutinas de detox digital en tu día a día no solo lograrás una relación más saludable con tu móvil, también dispondrás de más tiempo para dedicar a tus hobbies y a tus seres queridos, lo que hará que mejores la calidad de tus relaciones con ell@s e, incluso, reducirás los niveles de estrés y ansiedad provocados por el uso excesivo de las redes sociales.
Tal y como afirma la experta, la clave está en encontrar el equilibrio entre el tiempo que pasas contigo mism@, con tus seres queridos, disfrutando de tus hobbies… y el que le dedicas al omnipresente móvil. Este forma parte de un área más de nuestra vida, y no debe girar todo en torno a él. Al final, de eso trata el reto que plantea un detox digital: de encontrar la armonía entre todas las áreas de la vida para lograr disfrutar de ella al máximo.
