No hay duda de que, desde hace ya varios años, nos encontramos ante un esplendoroso resurgir de la artesanía española en todas sus vertientes. El “hecho a mano” cotiza al alza en diversas disciplinas como la cerámica, la alfarería o la cestería. Sin embargo, es en el ámbito textil donde ha encontrado su más especial herramienta de expresión gracias a una hornada de artistas contemporáneos dispuestos a reivindicar, a través de su obra, el valor de la costura tradicional.
Uno de los nombres que resuena con fuerza dentro de esta corriente es el de AITOR SARAIBA, artista multidisciplinar cuya obra se articula en diversos formatos como el dibujo, la cerámica, los murales, la fotografía, los libros o el bordado. Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Cuenca, cuenta con una consolidada trayectoria dentro del panorama artístico de nuestro país, en la que siempre ha destacado por un imaginario hecho a mano complejo y onírico, pero con un trasfondo de pleno sentimiento.
En los últimos años, su práctica se ha centrado, sobre todo, en la confección de piezas textiles artesanales con las que persigue recuperar y conservar la técnica tradicional del bordado hecho a mano. En ellas plasma con hilo y puntada su enigmático e iconográfico universo, que es a su vez, como en en el groso de su obra, autobiográfico y personal. Aunque vive y trabaja en Madrid, nació y creció en Talavera de la Reina, un municipio de la provincia de Toledo que goza de una larga tradición artesana, especialmente por su renombrada cerámica y su industria textil.
Desde bien pequeño, Aitor ha visto a su madre bordar en la calle junto a sus vecinas, una labor que forma parte de la historia de su familia y que pronto comenzó a practicar confeccionando su propio universo hecho a mano de trajes para sus muñecas. De hecho, en diversas ocasiones ha reconocido que aprendió el arte de coser antes que a escribir: “Es como los adolescentes, que escriben en WhatsApp sin ver la pantalla. El bordado lo tengo tan interiorizado como respirar”, contaba en la revista Harper’s Bazaar España.
Quizás sea está la razón por la que ha encontrado en esta disciplina, además de un perfecto lienzo en blanco para plasmar su creatividad, una auténtica técnica de meditación que le permite sanar sus emociones y disfrutar con plenitud del momento presente. Frases como “La transformación es siempre necesaria”, “Mira con el corazón”, “Vivan los valientes” o “Borra el miedo” son algunos de los mensajes que se pueden leer en sus piezas y que colman de significado el grafismo hecho a mano al que acompañan. “Cuando quiero tatuarme algo en el alma, lo bordo” escribía como título en una de sus publicaciones de Instagram.
Para confeccionar sus obras textiles, Aitor aboga por el uso de tejidos como el lino, el algodón y la lana, siempre reciclados o vintage, que él mismo tinta de forma natural usando ingredientes como la cáscara de nuez, el té, el sándalo, el aguacate o el palo campeche. Esta alquimia del color le permite conseguir una característica gama cromática que da vida a los sentimientos que transmiten sus diseños. Y que apuesta, una vez más, por un proceso hecho a mano, lento e íntimo.
La sensibilidad y estética que evocan sus piezas no solo ha llamado la atención de público y medios. Importantes empresas como la mercería francesa Sajou, o museos como el Museo Thyssen-Bornemisza y el Museo del Traje de Madrid no han dudado en llevar a cabo distintas acciones y colaboraciones con el artista. Asimismo, en el último año también ha participado en festivales como Madrid Craft Week o XTANT (Mallorca) exponiendo su trabajo hecho a mano con gran éxito.
