El jardín vertical es un recurso del interiorismo sostenible para crear agradables zonas verdes en el hogar… sea cual sea su tamaño
Vivir en una casa con jardín es el sueño de muchos. Habitar un lugar rodeado de naturaleza en el que respirar aire fresco y poder desconectar de la rutina diaria disfrutando del hobby favorito (como leer, escuchar música o cultivar verduras propias) es algo que muchos y muchas imaginan cuando piensan en su casa soñada. Sin embargo, en la actualidad, la decisión de vivir en ciudades y el pequeño tamaño de las viviendas hace muy difícil tener ese ansiado espacio verde en casa.
Pero… ¿y si te dijéramos que existe una técnica para que construyas ese soñado jardín, ese inspirador espacio verde, sea cual sea el tamaño de tu hogar? Sí, has leído bien. Es posible. La alternativa al tradicional jardín consiste en construir un espacio verde en forma de jardín vertical en tu propia casa. A continuación, te contamos todo lo que tienes que saber sobre esta opción creada con plantas de interior o exterior que cada vez tiene más adeptos en el mundo de la arquitectura (y también en el ámbito doméstico) por sus múltiples beneficios y por la belleza que aporta a los espacios.
Pero… ¿qué es un jardín vertical?
Empecemos por el principio. Un jardín vertical es una estructura anexada a una pared (o a un techo) que incorpora diferentes tipos de vegetación, como plantas de interior, flores o musgo. Esta construcción puede instalarse tanto en el exterior como en el interior de los edificios, es decir, podemos encontrarla en fachadas, terrazas y en paredes interiores.
Aunque a priori pueda sonar algo extraña la idea de un jardín vertical, se trata de construcciones con siglos de historia. Los primeros que se reconocieron como tal fueron los Jardines Colgantes de Babilonia, que datan del siglo IV a.C. y son una de las Siete Maravillas del Mundo. Desde entonces, arquitectura y vegetación han ido de la mano para crear edificios y espacios funcionales, estéticos y respetuosos con el medioambiente.
Ventajas de un jardín vertical propio
Cuando hablamos de jardines verticales nuestra mente suele irse a esas fachadas típicas de casas de piedra, o de edificios, que están repletas de vegetación. Cuesta más imaginarse un jardín vertical interior, pero hoy en día son muchos los ejemplos. Uno de ellos es el jardín vertical interior del edificio de CaixaForum de Valencia que, además, ha sido reconocido como el más grande de Europa.
Sea cual sea su ubicación, interior o exterior, crear un muro de vegetación en casa conlleva múltiples beneficios físicos, ambientales y emocionales que mejoran la calidad de vida. Éstos son algunos de ellos:
- Mejora la calidad del aire. Las plantas son un filtro natural con la capacidad de producir oxígeno y, por tanto, de purificar el ambiente y absorber los malos olores. Además, según el Feng Shui, tener plantas en casa equilibra y armoniza su energía.
- Regula la temperatura. Instalar un jardín vertical en el exterior de tu vivienda te ayuda a regular la temperatura del interior y, por tanto, se ahorra energía. Las plantas tienen la capacidad de reducir la temperatura del interior en verano y de mantenerla cálida en invierno, gracias a su efecto aislante.
- Reduce la contaminación acústica. Instalar un jardín vertical en casa también te ayuda con el ruido, ya que puede aislar el sonido hasta 10 decibelios.
- Mejora la calidad de vida. Los espacios verdes mejoran el bienestar de las personas que habitan en ellos. Transmiten paz, calma y elevan el ánimo. Además, hay estudios que demuestran que instalar uno de estos espacios en el lugar de trabajo incrementa la productividad.
- Embellece el hogar. Las plantas de interior son un elemento natural estupendo para decorar estancias de la casa porque aportan frescura, color y calidez.
Un jardín vertical… paso a paso
Ahora que ya conoces todas las bondades que la construcción de un jardín vertical en casa aporta… llega el momento de ponerse manos a la obra. Para crearlo sigue los siguientes pasos:
1. Elige la ubicación de tu jardín vertical. Según el lugar de la casa en el que decidas instalarlo, interior o exterior, la construcción será diferente. Pero existen dos aspectos comunes a ambas opciones que debes tener en cuenta: el jardín debe tener luz natural para que las plantas crezcan sanas y el espacio en el que se instale debe tener fácil acceso para que puedas cuidarlas cómodamente. Si optas por el riego automatizado, también deberás prever su instalación y, si no es posible, siempre puedes optar por el manual.
2. Diseña tu jardín vertical. Existen tantos diseños como espacios. Crea el tuyo según tus gustos y según el lugar en el que vayas a instalarlo. Lo principal es construir una buena estructura, sólida, en la que empezar a darle forma. Una buena opción es reutilizar un palé como base, pero, como decíamos, depende del diseño que elijas para tu jardín vertical.
3. Elige las plantas que darán vida a tu jardín. Hazlo según la ubicación que hayas decidido y las horas de luz de las que disponga el espacio que ocupará. Si tu jardín es exterior, lo mejor es que optes por plantas suculentas y autóctonas, ya que son las que mejor resisten al clima de tu zona. Si es interior, opta por plantas que requieren menos horas de luz. Apórtale color a través de opciones como el trébol morado, la begonia o la clavelina de mar; volumen usando plantas como el lazo de amor o la cola de ratón; o aumenta su tamaño con la ayuda de la higuera trepadora.
4. Sé constante con su cuidado. Para que las plantas crezcan sanas, fuertes y bonitas. Si tras plantarlo observas que alguna planta no ha aguantado, sustitúyela por una de las especies que haya resistido bien. Te recomendamos empezar con un jardín vertical pequeño e ir ampliándolo poco a poco, a medida que las plantas crezcan y te sientas bien con su cuidado y apariencia.