La moda sostenible está demostrando no tener límites en cuanto a creatividad se refiere. Y la diseñadora y artista plástica ARACELI GARCÍA es un claro ejemplo de ello. Haus (casa en alemán), es el nombre de la última colección que ha presentado bajo su firma homónima. Una serie limitada de bolsos 100% veganos. En ellos, se combinan a la perfección su imaginario artístico, su visión ecofriendly y la tecnología más innovadora. Con su apuesta de wearable art, la granadina ha encontrado en este complemento un maravilloso lienzo en blanco en el que plasmar su obra a la vez que su compromiso con la naturaleza y la artesanía.
La cara arty de esta colección está inspirada en el hogar, en los momentos vividos durante la época de confinamiento. La sensación protectora de estar en casa, la introspección y las conversaciones consigo misma alentaron su espíritu creativo. Y le sirvieron como principal hilo conductor: “Estamos en un momento de la Historia en el que todos hemos mirado hacia adentro con más intensidad. Esta colección representa esa casa que somos, la que llevamos siempre con nosotros y nos proporciona seguridad y plenitud”.
A la hora de diseñar también se fijó mucho en los pequeños detalles de la naturaleza. Escarabajos, caracolas, conchas del mar: “Me interesa la imagen de ese caparazón protector que tienen muchos animales. Aparte de protegerles, es bonito, está cuidado, brilla y representa la idea mágica de transportar tu casa contigo”, explica. ¿El resultado? Los modelos Beetle, Shell y Cocoon. En tres tamaños y formas distintas con un elemento común: la conexión de la artista con su obra.
Si el universo que envuelve sus diseños resulta fascinante, su producción no lo es menos. Tras años de investigación y de trabajar sobre cuero, Araceli se propuso ir un paso más allá y explorar otras alternativas más ecológicas y plant-based. En su búsqueda de un material duradero, orgánico y biodegradable, encontró en México una materia prima no utilizada en la moda sostenible española. Se trata de la piel de cactus, en concreto de nopal. Ésta no solo es muy resistente, sino que al final de su vida útil regresa a la naturaleza. Y ello contribuye a reducir la huella de carbono. Para el forro interior se ha utilizado eco-suede, elaborado a partir de poliéster reciclado. Y las asas están hechas mediante impresión 3D con un material llamado PLA, que viene de la yuca, el maíz o la caña de azúcar.
Para la fabricación, la artista ha confiado en el trabajo de Betangible, un pequeño taller situado en Ubrique (Cádiz). Allí se fusionan las técnicas artesanales antiguas con las nuevas tecnologías de nuestro siglo. Un binomio que pone en valor la tradición a la vez que los avances que se están llevando a cabo en materia de producción. Justo el vértice en el que se encuentran las diferentes vertientes del trabajo de la diseñadora.
Pero, sin duda, lo más significativo de sus bolsos es que cada uno está pintado a mano, un detalle que convierte cada pieza en un objeto único de moda sostenible. “Quería aportar algo muy especial, basado en la idea de que el artista se vincula con algo muy interior suyo cuando pinta. Quienes adquieran estos bolsos se llevarán algo muy especial de mí como artista”. Araceli García, como creadora y como firma, reivindica de nuevo que el tándem formado por la artesanía made in Spain y la producción consciente son el verdadero lujo de la moda a día de hoy. Y en ECOLOVER no podemos estar más de acuerdo.