El verdadero espíritu de ZEGNA se encuentra en las montañas. Para la famosa firma italiana, la belleza del paisaje natural y el bienestar de las personas siempre han sido dos aspectos indispensables para el éxito a largo plazo de la empresa. La calidad que buscaba en sus productos no se podía separar de una relación positiva con el territorio local y la comunidad, por lo que crear un ambiente sostenible para disfrute público no supuso una idea que resultara extraña.
Por eso, desde 1993, la empresa se dedicó a trabajar para su entorno y paisaje locales, plantando miles de árboles en el denominado Oasi Zegna, un parque natural de 100 km2 en los Alpes de Biella del norte de Italia. Se extiende desde Trivero, el pueblo de Piamonte donde Ermenegildo Zegna fundó su fábrica de lana en 1910, hasta la cima de Bielmonte. En realidad, el propio Zegna ya fundó la reserva natural en los años 30, cuando llevó a cabo un plan gigantesco de reforestación en las áridas laderas y las montañas circundantes.
Este proyecto (algo desconocido y poco atractivo para los medios especializados en moda) es una parte importante de la “filosofía ecológica” de la legendaria firma. Es un ejemplo de cómo la moda made in Italy puede (y debe) hacer realidad un apoyo medioambiental en donde las relaciones entre el hombre, la cultura de montaña y la naturaleza se preservan para el beneficio de las generaciones futuras
¿Deberían tomar ejemplo otros grandes nombres del lujo internacional para compensar su falta de sostenibilidad al producir moda? La respuesta es sí, lógicamente. Os dejo con varios vídeos que muestran la belleza de este oasis alpino que, tras varias décadas, se ha convertido en un auténtico símbolo de respeto hacia el medioambiente por parte de una industria… que no lo practica demasiado a menudo.