La fundadora y directora creativa de esta exitosa firma española nos traslada sus opiniones y reflexiones sobre la sostenibilidad en la industria de la moda
El diseño, la artesanía y la calidad definen la filosofía de Jimenas, la firma de accesorios que lidera la diseñadora Tania Pardo. Tras varios años trabajando para firmas como Cortefiel y Hoss Intropia, esta gallega criada en Suiza decidió apostar por su sueño: crear su propia marca sostenible de complementos.
La diseñadora lo tenía claro, su firma abanderaría los valores que defiende en su día a día (la sostenibilidad, la producción local, el consumo responsable…) y apostaría por el diseño y la artesanía made in Spain para crear piezas duraderas en el tiempo. Así es como nació Jimenas a finales del 2019, cuyo nombre es el que siempre quiso para su primera hija (que tendría solo unos años después).
Lujo asequible made in Spain
Acercar el lujo y la artesanía a un público mayor a través de precios ajustados y coherentes con la calidad de sus productos es una de las señas de identidad de Jimenas. Por eso su propuesta podría definirse como una firma de lujo asequible (y sostenible), ya que sus piezas nada tienen que envidiar a las de las grandes firmas.
Y desde el punto de vista del diseño, hay que destacar sus icónicas hebillas-joya, presentes en casi todas las propuestas de Jimenas. Se trata de un elemento lleno de personalidad que da ese toque moderno, actual, a todas sus piezas. ¿Lo mejor? La historia tras ellas.
Las hebillas de Jimenas están inspiradas en una joya familiar, un anillo de la madre de Tania: «Mi madre me lo regaló para que lo llevara el día de mi boda y ha sido mi inspiración para desarrollar las hebillas de la colección», cuenta la diseñadora. La madre de Tania se quedó prendada del anillo al verlo en el escaparate de una joyería del centro de Ginebra. Se lo contó a su padre y este aprovechó un aniversario para regalársela. Hoy, cada pieza de Jimenas representa esa bonita muestra de amor.
El firme compromiso de Jimenas con la sostenibilidad nos ha llevado a querer conocer las opiniones de Tania, su fundadora, y ahí van sus interesantes, coherentes y honestas respuestas.
¿Cómo definirías tu personalidad propia como Ecolover?
Una romántica que consume poco. Para mí no hay nada más especial que algo heredado, antiguo o artesano. Siempre planteo una misma pregunta: si tuvieras que abandonar tu casa por un incendio y solo pudieras llevarte una cosa material, ¿qué sería? Estoy segura de que sería esa chaqueta que era de tu abuela, un álbum de fotos familiar o una joya heredada de tu madre. En el fondo, las cosas tienen el valor que tú le des, en ningún caso será esa prenda low cost que acabas de comprar porque sí.
¿Cuál es el mayor reto sostenible al que se enfrenta la moda actual?
Huir de la inmediatez y del usar y tirar. Desde el punto de vista del consumidor, aunque el mensaje general es, cada vez más, una apuesta por cuidar el medioambiente, la mayoría no mira la etiqueta de composición, ni el origen de sus prendas y, en su mayoría, compran por impulso o por llevar la última moda. Por otra parte, las marcas siguen con sus prácticas de greenwashing indicando orígenes y composiciones en sus webs que no se corresponden con la realidad. Esto no ayuda a cambiar el sistema de inmediatez y de prendas de mala calidad. ¿El mayor reto? Que las grandes multinacionales acepten facturar menos por fabricar menos y mejor. No sé si esto será viable algún día.
¿Es posible transformar la industria de la moda en una economía circular?
Ojalá. Lo veo muy complicado a fecha de hoy a pesar de que podría decir que sí en lo que a proyectos pequeños se refiere. ¿En la práctica es viable? Sí. ¿Es posible? A día de hoy afirmo que no en cuanto a grandes multinacionales. Vemos continuamente manifestaciones pro medioambiente que son fantásticas, con gente cada vez más joven, pero… van vestidos y vestidas de Shein y llevan calzado “pseudovegano” que no deja de ser plástico disfrazado de ecología.
¿Qué parte de la sostenibilidad despierta tu lado más activista?
El valor humano. Cuidar de los que me rodean. No contemplo fabricar mis colecciones sin pensar en las personas que las desarrollan. Para mí es fundamental tener una buena relación con mis fabricantes, que haya confianza mutua. También dar vida a materiales con los que contamos en stock que, si no utilizáramos, se irían a la basura. En Jimenas he creado un apartado que trata justamente de esto, de las personas, de acercar las mejores artesanías del mundo a mi proyecto para darles visibilidad. Comenzamos con una tribu de mujeres de la isla de Cebú en Filipinas y espero que podamos ir añadiendo más equipos de diferentes partes del mundo.
¿Cómo reaccionas ante un evidente caso de greenwashing?
Las veces que me encuentro con esto me da mucha pena, lo veo contraproducente y un engaño a los clientes. No hay nada más importante que cuidar a tu público, tu proyecto sigue gracias a ellos. Se está perdiendo la honestidad. En mi caso, si en algún momento Jimenas dejara de ser un proyecto honesto o para ser honesto dejara de ser viable, lo cerraría antes de meterme en ese mundo. Nunca voy a ir en contra de mis valores. Ojalá otros copiaran, además de los diseños, la forma de trabajar, aunque implicara ganar menos dinero.
¿Crees en la moda como un buen vehículo para promover la solidaridad?
Absolutamente sí. La moda es el eco de la sociedad, de los tiempos en los que vivimos. Lo hemos visto a lo largo de la historia: los hitos que marcaron la moda estuvieron determinados por la época en la que se encontraban. Creo que es una herramienta buenísima para ello.
¿Quién o quiénes te inspiran para trabajar respetando el medioambiente?
La gente. Los artesanos de Jimenas, porque son la base de la cadena. Y, por supuesto, mis clientas que apuestan por este tipo de producto y me dan alas para seguir creando mis piezas de esta forma.
¿Cuál es el mayor reto sostenible al que te enfrentas actualmente?
El relevo generacional. A este ritmo llegará un momento en el que no será posible fabricar en España según qué trabajos. Por ejemplo, cada vez es más difícil fabricar las zapatillas aquí, en España. Se ha acabado trasladando toda la producción fuera, lo más cercano es Portugal. A corto plazo, el mayor reto es seguir utilizando pieles que salgan del sector alimentario y pieles especiales que encuentre en stock.
¿Cómo contribuyes a fomentar el consumo consciente de moda?
En Jimenas producimos el stock justo. Justo no, justísimo. Lanzamos la colección y si vemos que se puede agotar porque la venta va muy rápida, ponemos reposición en marcha a los 15 días. No acumular grandes stocks es la única forma de fomentar el consumo consciente de forma más directa.
¿Qué libro, documental o película ecofriendly recomendarías?
Un libro básico: La moda justa, de Marta D. Riezu.
¿Qué actividad al aire libre prefieres para desconectar y relajarte?
Salir a pasear con mi equipo de confianza: mi marido Juan y mi hija Jimena.
¿Cuál es tu momento wellness favorito de la semana?
Podría decirte cualquier cosa, pero ahora mismo es una asignatura pendiente. Como madre primeriza con dos trabajos además de mi bebé, no tengo momento wellness. Me conformo con salir a pasear los tres juntos y a tapear por la calle Mayor de Alcalá de Henares, donde resido actualmente.
¿Crees que tu propio armario se podría considerar sostenible?
Diría que sí, en su mayoría. He cogido peso a raíz del embarazo y sumado al que ya tenía anteriormente por el estrés que llevo manejando estos años, me está costando seguir incorporando piezas de calidad en esta nueva talla. Cuando no lo consigo, compro a través de Vinted. También estoy optando por prendas a medida, en marcas como Andion Clothing o Baena. Digo “en su mayoría” porque en esta nueva talla no me está resultando fácil encontrar prendas ad hoc.
¿Cómo contribuyes a fomentar el estilo de vida zero waste?
Con las pequeñas cosas. Literalmente. Por ejemplo, si voy a comprar, trato de llevar siempre una tote bag para no utilizar bolsas de plástico. Con los pequeños gestos se hace todo. Y en Jimenas esto lo llevamos al extremo. Reutilizamos todo lo que se puede, como la piel, por ejemplo, que es el core del proyecto.
¿Un último mensaje que te gustaría transmitir en defensa de la sostenibilidad?
Que el mundo es de todos, no solo de los que estamos, sino también de los que vienen.
