El mundo de la moda, o mejor dicho, el de los diseñadores, es siempre una caja de sorpresas en la que las ideas más inesperadas, bizarras y extraordinarias pueden hacerse realidad. ¿El último ejemplo? Inteligencia Artesanal, la nueva colección cápsula que la firma española LA CASITA DE WENDY ha diseñado con… inteligencia artificial.
En efecto, hace apenas una semana, La Casita de Wendy publicaba en su perfil de Instagram unas revolucionarias imágenes que impactaban por su belleza, pero todavía más por el texto que las acompañaba. “Hemos creado una colección cápsula de otoño/invierno cercana a la Alta Costura con la con queremos hacer algo innovador, pero que, a su vez, reivindique y dé voz a las personas que tejen, bordan y crean belleza textil con sabiduría. Os presentamos “Inteligencia Artesanal”, un proyecto donde fusionamos tecnología asistida por IA y técnicas textiles ancestrales”, explicaban.
Mediante un generador de imágenes, La Casita de Wendy ha creado un drop compuesto por un total de 29 looks que reflejan su universo textil y su amor por la artesanía. Ellos mismos han dirigido la IA eligiendo los tejidos, los colores, las técnicas, los bordados, los estampados y las formas para diseñar cada una de las prendas.
En este sentido, la IA les ha ayudado a recrear lo que, próximamente, será una colección real de La Casita de Wendy. Sin embargo, estará producida empleando una de las herramientas más antiguas y bellas que hay: las manos. “Queremos poner en valor la fusión de dos tecnologías: la más nueva, la IA, y la ancestral, la textil, que lleva siglos perfeccionando la unión de hilos, bordados y tejidos”, alegaban.
Parece que la IA ha llegado a la industria de la moda sin aparente billete de vuelta, es decir, para quedarse. Ya son varias las firmas y empresas que han empezado a experimentar con esta herramienta para encontrar nuevos modos de innovar en sus creaciones. Pese a que los partidarios y los detractores de esta tecnología mantienen un acalorado debate, la realidad es que, poco a poco, la IA está encontrando su lugar dentro de esta industria.
Un artículo reciente de la web Business of Fashion explicaba cómo la fabricación de la ropa que la IA es capaz de generar puede convertirse en uno de los grandes desafíos introducidos por la tecnología. Esta tecnología supone un giro de 180º en el modo de crear moda, ya que primero muestra el look terminado y estilizado virtualmente a la clientela. Todo lo contrario a como se ha hecho hasta ahora.
No obstante, tal y como advierten, a la hora de hacer realidad esos prototipos irreales se corre el riesgo de que el resultado final diste bastante del concepto original, pues la IA genera el diseño, pero puede no tener demasiado en cuenta la creación de patrones o los tipos de tejido. De ahí la necesidad de ser lo más explícitos posibles en las descripciones, algo que solo se consigue con la experiencia, el conocimiento y el dominio de la profesión.
Algo que sí resulta positivo es su uso en términos de sostenibilidad y las ventajas que ofrece desde esta perspectiva. Por ejemplo, las imágenes generadas pueden ser utilizadas por las firmas para medir la demanda antes de decidir qué y cuántas piezas fabricar, lo que permitiría reducir los deadstocks de tejidos y ahorrar dinero produciendo solo lo que saben que pueden vender.
Tal y como pretende subrayar La Casita de Wendy con este proyecto, el uso de los avances tecnológicos no significa renunciar al trabajo manual ni a las técnicas tradicionales. Ambas opciones pueden coexistir y, de hecho, su inusual sinergia puede servir para mejorar los resultados. Todo depende de cómo se lleve a cabo.
“Creemos que la artesanía y la naturaleza pueden ser compatibles con el progreso y la innovación, siempre que detrás de los proyectos haya ética y corazón. Nos unimos al debate de la IA de forma muy activa, transformando el color y la belleza que surge del universo colorista de La Casita de Wendy en una realidad palpable, que genere trabajo en nuestro entorno y que tenga como resultado la realización de prendas hechas de forma honesta y sostenible”, razonaban en el post de presentación.
Más de dos décadas de trabajo preceden a La Casita de Wendy, consolidada como un auténtico referente de moda española dentro y fuera de nuestras fronteras. Fundada en 1998 por Inés Aguilar e Iván Martínez, la firma cuenta con una gran presencia internacional y su ropa se ha distribuido en tiendas tan prestigiosas como Barneys y Anthropologie en USA, Cocktail en Hong-kong o Matsuya en Tokyo.
Su popularidad a lo largo de estos años ha quedado más que justificada, y no solo por sus diseños y el imaginario que los envuelve. La Casita de Wendy ha destacado siempre por un modelo de negocio que ha seguido su propio rumbo, apostando por la slow fashion, la producción local, la artesanía y unas condiciones laborales éticas. Todo ello bajo el paraguas del humor, el ingenio, el cariño, la humildad y la honestidad con la que entienden esta profesión.
Sus prendas están pensadas para permanecer en el armario sin envejecer ni perder valor, piezas especiales de La Casita de Wendy que reencontrar una y otra vez con las mismas ganas. Todas ellas están diseñadas con la naturaleza en mente y la sostenibilidad como norma, dos pilares que se manifiestan a través de la composición de los tejidos, el proceso de producción, los estampados o el universo que aguarda tras cada colección.
Este nuevo drop de La Casita de Wendy es, precisamente, el epítome de todo ello. Las imágenes presentan un jardín onírico en el que las flores y la naturaleza son las principales protagonistas, tanto en el entorno como en las prendas. Las mangas abullonadas, los volúmenes, las faldas de tul, los abrigos bordados o el knitwear elevado son algunos de los elementos que construyen la colección, cuya paleta de color, estampados y patrones están perfectamente alineados con la esencia y la estética de la firma.
