Ser una empresa topseller de mochilas ecofriendly a nivel mundial no te garantiza el éxito perpetuo. De hecho, cuanto más alto se ha llegado, más complicado es mantenerse en la cima. Cierto es que llegar a la cima permite ver con más claridad cómo evolucionará el diseño de accesorios en la moda a lo largo de esta década. Y la firma sueca FJÄLLRÄVEN tiene muy claro que su producción sostenible es el camino a seguir para seguir triunfando. Por eso, su interés por innovar con nuevos materiales que muestren las mil caras de su exitoso modelo Kånken es más que evidente.
Esta temporada se ha presentado la vuelta de tuerca a un diseño que, ya de por si, roza la perfección. De hecho, la nueva mochila Tree-Kånken es un homenaje a la creada en 1978. No es exactamente idéntica, pero su sencillez y funcionalidad siguen presentes. Coincide respecto a sus asas cosidas a lo largo de la parte frontal y a su bolsillo delantero invisible. Pero no respecto al material revestido con el que se produce. Porque es nuevo y representa una alternativa ecológica a los materiales de origen fósil. ¿Su nombre? Pine Weave.
Se trata de un tejido fabricado con fibras de filamentos que, como afirma la desarrolladora de productos Johanna Mollberg, «evita que las mejoras en un sentido empeoren en otro. Respetando el equilibrio entre los materiales de origen biológico y la biodiversidad«. Pine Weave es un material estable, resistente al desgaste y repelente al agua. ¿Cómo se consigue? «Se hierven virutas de madera para obtener una pulpa de celulosa que, una vez disuelta, pasa a los hiladores donde se lava, se seca y se hila. Después y a partir del hilo resultante, se crea un tejido liso que se reviste con cera para prolongar su vida«.
La materia prima maderera que Fjällräven utiliza procede de un bosque cultivado y certificado a las afueras de la localidad originaria de la marca en el norte de Suecia. Nunca procede de bosques vírgenes. El proceso industrial que se lleva a cabo para convertir la madera en celulosa no suele distinguir la que está certificada y es rastreable de otras. Este no es el caso pero… «todavía no es posible la trazabilidad total desde la mochila hasta el árbol, pero estamos en ello. Hay que conseguir mejorar continuamente el modo de producción y encontrar mejores maneras de abastecimiento«.
Se agradece la honestidad con que esta empresa presenta una novedad que, sin duda, es un paso más para conseguir mochilas ecofriendly perfectas. Es obvio que es una cuestión de tiempo que esto se haga realidad y que los accesorios de outerwear se mimeticen con la naturaleza sin suponer una amenaza para ella.
