El fundador y director creativo de la firma de moda upcycling Juan VG nos cuenta sus deseos, inquietudes y reflexiones acerca de la sostenibilidad en la industria
Juan Valentín-Gamazo comenzó a confeccionar moda upcycling de forma inconsciente. A sus 15 o 16 años, el director creativo de su propia firma ya experimentaba deconstruyendo prendas existentes para dar forma a otras nuevas alejadas de la pieza original. «No me sentía en sintonía con la ropa que se vendía en esa época», reconoce. Por aquel entonces, no se trataba de una técnica novedosa, pero tampoco su popularidad estaba tan en boga como en la actualidad.
Diez años después, Juan ha convertido la moda upcycling en el eje central sobre el que se erige su firma, Juan VG, 100% made in Spain de forma responsable con el medioambiente. Y no concibe el diseño y la confección de prendas de otra manera. Para él, se trata de brindar un nuevo comienzo a ropa en desuso o desechada, así como a la historia que atesora, transformándola desde una perspectiva atrevida, innovadora y muy personal.
Pionero en crear moda upcycling
En solo tres años, el diseñador ha desarrollado una propuesta de moda upcycling fundamentada en la inclusión, la atemporalidad, la creatividad, la diversión, el consumo responsable y, por supuesto, el más que necesario reciclaje. Este compendio de atributos toma forma en todo tipo de prendas diseñadas para llevar una y otra vez, sea cual sea la ocasión: «El uso del patchwork, la mezcla de tejidos, el juego que puedes hacer con las costuras, es algo que a mí me encanta. Es donde veo que puedo exprimirme al máximo y sacar mis mejores ideas».
Sus colecciones, definidas por una osada estética urbana y una enérgica paleta de color, son una extensión la una de la otra, que va madurando al ritmo que él crece y se desarrolla como creador. Eso sí, siempre fieles a su filosofía y bajo el mantra «haz lo que quieras, sé lo que quieras». Para conocer mejor las bases sobre las que Juan ha cimentado su universo de moda upcycling y su opinión acerca de la industria actual, le hemos pedido que responda a nuestro cuestionario Ecolover.
¿Cómo definirías tu personalidad propia como ecolover?
Lo cierto es que, al igual que muchas personas que se preocupan por el medioambiente, me gustaría hacer más de lo que hago. No obstante, aporto en la mayor medida de lo posible y me siento agradecido de haber crecido con estos valores. De hecho, mi relación con la moda y mi forma de crear surgieron del upcycling, ya que desde siempre me ha gustado modificar mis propias prendas o las de mi padre.
¿Cuál es el mayor reto sostenible al que se enfrenta la moda actual?
En mi opinión, a la codicia. Creo que muchas firmas de moda ya establecidas y, sobre todo, las de fast fashion, mantienen esa mentalidad ansiosa de crecer al máximo y ganar dinero a toda costa, sin tener en cuenta el medioambiente y cómo nos afectarán sus decisiones en el futuro. Pienso que la clave reside en volver a un modo de consumo como el de antes: ropa a medida, comercio local, producción a pequeña escala y apostar por el talento emergente y la moda upcycling.
¿Es posible transformar la moda upcycling en una economía circular?
Todo es posible, claro. De hecho, muchos diseñadores emergentes ya trabajamos con esa mentalidad intrínseca. Sin embargo, creo que todavía falta bastante tiempo para que esto ocurra. Sobre todo, porque hace falta más conciencia y determinación para querer cambiar las cosas por parte de las grandes empresas. Al fin y al cabo, ellas cuentan con más recursos para desencadenar un cambio más influyente en la industria.
¿Qué parte de la sostenibilidad despierta tu lado más activista?
Mi propio proyecto de moda upcycling. Teniendo en cuenta que la industria textil es la segunda más contaminante en el mundo, el poder ahorrar en la fabricación, aprovechando prendas y materiales que ya existen, así como poder diseñar piezas de calidad con un nuevo estilo que sea atractivo para el consumidor actual, me parece una pasada. Se trata de dar una nueva vida a una prenda que atesora la historia de aquellas otras prendas con la que ha sido creada, las cuales, a su vez, fueron llevadas por otras personas.
¿Crees en la moda upcycling como un buen vehículo para promover la solidaridad?
Pienso que sí. Por ejemplo, yo como diseñador moda upcycling ofrezco la oportunidad de crear prendas personalizadas a partir de otras que se tengan en desuso. Es decir, diseño algo completamente nuevo con el material que me proporciona el cliente. De este modo, le brindo la oportunidad de poder reciclar su propia ropa y adquirir una pieza completamente nueva.
¿Quién o quiénes te inspiran para trabajar respetando el medioambiente?
Puede que, inconscientemente, me haya influido el haber sido scout de pequeño. O quizás el hecho de haber empezado a diseñar mediante la técnica del upcycling de manera autodidacta. También me gusta mucho la naturaleza y siempre he sentido un gran respeto por el mundo en el que vivimos y por facilitar las cosas. Así que sí, diría que mi familia, los scouts y el entorno que me rodea.
¿Cuál es el mayor reto sostenible al que te enfrentas actualmente?
Principalmente, poder continuar non-stop con mi firma y seguir explorando la técnica de diseño de moda upcycling. Diseñar lo que me nace, lo que me gusta y ver que más gente se anima a consumir moda responsable con el planeta. Especialmente en España, donde veo que todavía es algo que cuesta.
¿Cómo contribuyes a fomentar el consumo consciente, especialmente de moda?
A través de la filosofía de mi propia firma, en la que cada prenda es única y producida a medida bajo demanda. Mi ropa esta hecha para ser vestida en el día a día, tanto para ir a tomar algo con amigos, como para ir al trabajo o a cualquier otro plan. Pero siempre con la premisa de que sea una prenda que lleves una y otra vez, y no de un solo uso.
¿Qué actividad al aire libre prefieres para desconectar y relajarte?
Me encanta el senderismo y, de vez en cuando, hacer alguna ruta con amigos. Es mi modo de desconectar un poco de la sociedad. Asimismo, ir de visita a pueblos y respirar su estilo de vida slow frente a la intensidad con la que se vive en la urbe.
¿Cuál es tu momento wellness favorito de la semana?
Para mí, cocinar me genera muchísima tranquilidad. Consigo abstraerme de la realidad, entrar en mi mundo y olvidarme de todo. Y otro de mis mayores momentos de desconexión y relax es cuando quedo con amigos para tomar algo en una terraza, charlando tranquilamente. Ahí desconecto al 100%.
¿Crees que tu propio armario se podría considerar sostenible?
Mmm… considero que sí, porque compro poquísimo y sigo llevando ropa de hace muchísimos años. Además, actualmente únicamente visto con prendas de segunda mano, con mi propia moda upcycling o de diseñadores emergentes. Y la ropa que ya no uso la destino a la firma para fabricar nuevos diseños.
¿Cómo se puede fomentar el estilo de vida zero waste?
Por ejemplo, creando una serie de normas y leyes contra la fast fashion mucho más estrictas, para que no solo hagan greenwashing, sino que realmente cambien su modelo de negocio. Y en cuanto a la sociedad… hay que ser realistas y no se puede pasar de cero a cien.
¿Un último mensaje que te gustaría transmitir en defensa de la sostenibilidad?
Seamos conscientes de que si seguimos así, en unos años nos habremos cargado el planeta. Seamos inteligentes y no esperemos al último momento. Ahora todavía estamos a tiempo de frenarlo. Cambiemos nuestro modo de consumo en todos los ámbitos, seamos responsables y apoyemos al pequeño comercio. Así, conseguiremos que las grandes empresas se vean afectadas y, quizás, cambien el chip.
