Si todavía no sabes identificar cuál es tu tipo de piel, este post te permitirá determinar a qué grupo perteneces (grasa, mixta, normal o seca) para poder llevar a cabo una rutina de skincare correcta e introducir los principios activos necesarios para mantener la piel saludable, radiante y, en definitiva, más bonita.
En primer lugar, para determinar el tipo de piel que tienes, has de limpiar tu rostro con un limpiador facial suave, que limpie en profundidad pero que no reseque. Una vez limpia (y sin aplicar ningún otro producto) tendrás que esperar entre 30 minutos y una hora para poder observar sus características naturales.
Tipo de piel normal: características para identificarla y cuidados clean
Este tipo de piel se caracteriza por una producción equilibrada de agua y lípidos, es decir, grasas. Visualmente la piel no es ni demasiado grasa ni demasiado seca. Los poros son casi imperceptibles, el tono de la tez es uniforme y la textura suave. En definitiva, podríamos decir que es la clásica piel saludable soñada por tod@s. Aun así, cabe destacar que este tipo de piel no es inmune a las agresiones externas, como la polución, la radiación solar, los radicales libres (principales causantes del envejecimiento prematuro) y, por supuesto, el paso del tiempo.
Se recomienda una rutina sencilla para mantenerla en forma. Por la mañana: limpiador suave; sérum antioxidante, rico en vitamina C, para proteger la piel de los radicales libres; contorno de ojos a base de cafeína para abrir la mirada y conseguir ese efecto descongestivo; crema hidratante rica en niacinamida para evitar la pérdida de agua, mantener la piel hidratada y favorecer el fortalecimiento de la barrera cutánea; y, por último, protección facial de amplio espectro. Por la noche: limpiador suave; sérum de bakuchiol; contorno de ojos con péptidos y crema hidratante a base de niacinamida para potenciar la función barrera.
Tipo de piel mixta: características para identificarla y cuidados clean
Si tienes la piel mixta, a la hora de haber limpiado tu rostro con un limpiador suave, sentirás que la zona T (frente, nariz y barbilla) es grasa, mientras que la piel de las mejillas, las sienes y los maxilares tiende a ser seca. Notarás los poros más visibles en la zona T y podrías tener imperfecciones al nivel de la línea media del rostro, además de tener una textura irregular al tacto. ¿Otra característica que diferencia este tipo de piel? Puede pasar de un extremo a otro por una rutina facial incorrecta, deshidratándose en exceso por falta de agua o produciendo una cantidad excesiva de sebo por una mala selección de los ingredientes.
“Lo ideal en este tipo de piel es trabajar la zona T con productos no comedogénicos y seborreguladores y el resto con cosméticos hidratantes y calmantes. Pero, como no podemos tener un producto para cada zona, es recomendable apostar por principios activos que no aporten grasa, pero mantengan la piel equilibrada: es el caso de la niacinamida, el ácido hialurónico, el bakuchiol y la vitamina C”, asegura la farmacéutica Belén Acero, titular de la Farmacia Avenida América y especialista en dermofarmacia.
Tipo de piel grasa: características para identificarla y cuidados clean
¿Tez brillante, poros dilatados, exceso de sebo, granitos y puntos negros? Sin duda, tienes la piel grasa. A diferencia de la piel normal, presenta una producción de grasa desequilibrada, porque produce demasiado sebo y no suficiente agua, además de ser propensa a no retenerla. El problema con ella es que hay una creencia popular en contra de su hidratación. Tendemos a querer detener esta sobreproducción de grasa secando la epidermis con productos demasiado astringentes y esto produce un efecto rebote. ¿La razón? Exfoliarán en exceso la piel y esta se protegerá produciendo aún más sebo.
Se recomienda la siguiente rutina en este caso. Por la mañana: limpiador purificante con principios activos seborreguladores que limpien los poros en profundidad, como el ácido salicílico, la gluconolactona o la niacinamida; sérum de ácido hilaurónico ligero; contorno de ojos y crema hidratante oil-free, no comedogénica y con texturas gel y protección solar de amplio espectro. Por la noche: limpiador purificante; sérum de bakuchiol o ácidos; contorno de ojos no comedogénico y crema hidratante de niacinamida para potenciar la función barrera. Por último, es aconsejable exfoliar la piel dos o tres veces a la semana con ácidos o enzimas.
Tipo de piel seca: características para identificarla y cuidados clean
Por último, veamos como es una piel seca. Sus características principales son la sensación de tirantez y la falta de confort en el rostro, una escasa actividad de las glándulas sebáceas y, por tanto, una falta de lípidos importante, es decir, de grasa. Además, los poros están completamente cerrados y la piel se muestra opaca y sin brillo. Por otra parte, su textura es fina y áspera fruto de la descamación, el enrojecimiento o la tirantez. Por último, las pieles secas suelen tener una falta de flexibilidad y esto se traduce en una mayor predominancia de líneas finas y arrugas. Pero atención, no hay que confundir una piel deshidratada por falta de agua con la sequedad por falta de grasa.
“En la piel seca recomiendo los limpiadores faciales con una concentración baja en tensioactivos, que no resequen la piel pero que limpien en profundidad. Y, por supuesto, productos muy nutritivos e hidratantes a base de principios activos con propiedades antiinflamatorias y calmantes para mejorar la función barrera, como pueden ser las ceramidas, la manteca de karité, el ácido hialurónico, la niacinamida o las vitaminas C y E”, aconseja la farmacéutica Belén Acero.