Revertir el deterioro cognitivo y ralentizar el envejecimiento cerebral son dos de los beneficios de este método de brain training creado por la experta Catalina Hoffmann
El culto al cuerpo es algo muy generalizado en la sociedad. Nadie se sorprende al escuchar los múltiples beneficios, tanto físicos como psicológicos, de practicar deporte habitualmente. Sin embargo, muchos sí que lo hacen cuando escuchan hablar de entrenar uno de los órganos más importantes de nuestro cuerpo: el cerebro. Y más cuando se trata de entrenarlo a través del neurofitness.
Al igual que los músculos y los huesos necesitan el ejercicio físico para fortalecerse y mantenerse sanos, el cerebro, además de estar activo, necesita practicar ejercicios y técnicas de entrenamiento cerebral que lo estimulen para mantenerse joven, despierto y sano durante el mayor tiempo posible. Este es el objetivo del neurofitness, uno de los métodos más exitosos creado por Catalina Hoffman, experta en estimulación cognitiva y entrenamiento cerebral. Hablamos con ella sobre cómo mejorar la salud de nuestro cerebro y nuestra calidad de vida porque… sus beneficios se extienden más allá de este órgano.
Entrenar el cerebro es esencial
El cerebro es un órgano vital para el funcionamiento de nuestro organismo. Es el centro de mandos. Se encarga de regular el sistema nervioso central, es el que permite el movimiento y el lugar del que surgen los pensamientos, las emociones y la memoria. Por todo ello, es esencial mantenerlo en plena forma a lo largo de los años a través del entrenamiento de sus múltiples capacidades.
«Entrenar el cerebro nos permite prevenir, frenar e incluso revertir buena parte del deterioro cognitivo que se suele producir con la edad. También nos permite desarrollar en mayor medida las habilidades cognitivas que ya tenemos y nos ayuda en cuestiones tan importantes como la gestión de las emociones o el autoconocimiento, lo que se traduce en un mayor bienestar y en una mejora en la salud emocional, mental y hasta física», nos explica Catalina.
Ella propone hacerlo a través del neurofitness, un método que pone el foco no solo en entrenar el cerebro, sino también en comprender «cómo funciona y cómo su funcionamiento está íntimamente vinculado al resto de nuestro cuerpo». Para ella, «el método neurofitness es una forma de vivir» y en esa forma de vida el entrenamiento cerebral forma parte del día a día. ¿Cómo? «A través de ejercicios cognitivos y de distintas técnicas que ayudan a que el cerebro realice ciertos procesos que podemos ir necesitando con el paso del tiempo», explica la experta.
¡La curiosidad es la clave de todo!
¿Quién no ha escuchado que a partir de cierta edad es muy difícil (por no decir imposible) aprender un nuevo idioma? Y ya no solo un idioma que es un aprendizaje complejo, estamos cansados de escuchar que aprender, en general, es cosa de jóvenes. De ello se extrae la creencia de que el cerebro envejece y su neuroplasticidad disminuye, lo que dificulta el aprendizaje… pero no es así.
«Más que envejecer, el cerebro se vuelve “comodón”. En torno a los 40 años, nuestro cerebro entra en una dinámica más perezosa y pretende continuar el resto de la vida con los conocimientos y habilidades que ya ha aprendido. Esa comodidad puede provocar el deterioro de determinadas áreas del cerebro, porque no se utilizan. Sin embargo, si obligamos a nuestro cerebro a salir de esa dinámica, descubrimos que las habilidades cognitivas permanecen prácticamente intactas toda la vida (salvo que exista alguna patología, obviamente)», nos cuenta Catalina.
Aquí es donde entra en juego la curiosidad como motor de la activación cerebral. «Es lo que impide a nuestro cerebro acomodarse demasiado y es lo que nos motiva a poner en marcha esa maquinaria de plasticidad cerebral y crear nuevas rutas neuronales», apunta Catalina. La curiosidad es el primer paso para seguir aprendiendo y, como recuerda la experta, «siempre somos capaces de aprender cosas nuevas… solo tenemos que poner en marcha los mecanismos para ello».
El mágico poder de la música
Junto a los entrenamientos activos encontramos uno pasivo y muy beneficioso para nuestro cerebro: la música. «La música es pura magia para el cerebro. Se ha comprobado a través de diversos estudios que la música tiene la capacidad de estimular diversas áreas de nuestro cerebro: las vinculadas con las emociones, con los recuerdos e, incluso, con el movimiento físico», nos cuenta Catalina.
Aquí surge la duda de qué tipo de música es la más adecuada. ¿Se consigue estimular el cerebro con cualquier género? La experta recomienda incorporar al día a día la escucha de música binaural, «un tipo de música creada especialmente para el cuidado del cerebro. Es el tipo de música que compongo y la verdad es que sigo y seguiré componiéndola, porque los resultados son espectaculares». La escucha de música binaural es perfecta para practicar la meditación, ya que ayuda a relajarse, a reducir la ansiedad e, incluso, puede mejorar el rendimiento físico.
Pero… ¿cómo ejercito mi cerebro?
Ahora que ya sabemos los múltiples beneficios de entrenar el cerebro, llega el momento de aprender cómo hacerlo. Lo primero que hay que aclarar es que no es lo mismo mantener el cerebro activo que ejercitarlo. Como explica Catalina, «estar activo nos puede servir para tener el cerebro activo y cuidado, pero no siempre supone un entrenamiento». Depende del tipo de actividad o trabajo que desarrollemos, por ejemplo: «tener un trabajo supercreativo nos puede ayudar a entrenarlo, pero hay trabajos más mecánicos que no solo no activan el cerebro, sino que pueden favorecer su deterioro».
Aunque parezca complicado, ejercitar el cerebro es mucho más fácil de lo que parece. «Aprender una nueva receta, ir a un lugar por otro camino (sin GPS) o comenzar a meditar ayuda a entrenarlo». Para Catalina, elegir un ejercicio u otro depende de las circunstancias y necesidades de cada persona, pero hay dos técnicas de neurofitness que siempre recomienda: la técnica de El Jardín Secreto y la técnica de la Poda Neuronal Artificial. Así las explica la experta: «La primera nos ayuda a conocernos, algo fundamental para empezar a entrenar; la segunda nos permite deshacernos de aquellas rutas neuronales que ya no queremos o necesitamos y nos da la posibilidad de crear nuevas que nos ayudarán en nuestro proceso».
2 ejercicios para iniciarse en el neurofitness
Si el entrenamiento cerebral te ha interesado y no quieres esperar más para iniciarte en el neurofitness, ahí van dos ejercicios muy sencillos recomendados por Catalina Hoffmann que puedes practicar hoy mismo. ¡Toma nota!
La técnica de la memoria fotográfica
Con esta técnica de neurofitness se trabaja el foco atencional. «Es una técnica muy efectiva para trabajarlo. Para esta técnica solo necesitamos una fotografía que no veamos habitualmente. Tienes que observarla detenidamente, fijándote en cada detalle. Repetir esta práctica cada día nos ayudará a activar las áreas de nuestro cerebro destinadas a la atención focalizada y empezaremos a poner más atención al detalle en nuestro día a día».
La técnica de leer en voz alta
La segunda técnica se basa en algo que se suele hacer en la infancia y, para quienes sean padres y madres, es algo que se comparte con los hijos e hijas: leer en voz alta. «Esto nos ayuda a trabajar la atención y también a estimular la sincronización de hemisferios cerebrales, que es algo muy importante para conectar con nosotros mismos y con nuestras emociones».