Casi medio siglo desde que el alpinista estadounidense convertido en empresario YVON CHOUINARD fundara PATAGONIA… ha anunciado cuál será el futuro empresarial de su firma especializada en outerwear. Y es muy poco convencional. De hecho, no existe algún precedente similar en la industria de la moda.
En lugar de vender la empresa o de cotizar en bolsa, este empresario multimillonario está transfiriendo toda la propiedad a dos nuevas entidades: un fideicomiso y una organización sin ánimo de lucro. «Para tener alguna esperanza de mantener un planeta próspero dentro de 50 años, es necesario que tod@s hagamos todo lo que podamos con los recursos que tenemos«, ha afirmado públicamente Chouinard en referencia al citado cambio de propiedad.
El plan queda bien claro a través el siguiente (y sorprendente) argumento: «En lugar de extraer recursos de la naturaleza y transformarlos en riqueza, vamos a utilizar la riqueza que crea Patagonia para proteger su fuente de inspiración y de producción. Estamos convirtiendo a la Tierra en nuestro único accionista. Y lo digo en serio para poder salvar este planeta«.
Con vigencia inmediata, la compañía entregó todas sus acciones con derecho a voto (que equivalen al 2% de las acciones totales) al recién formado Patagonia Purpose Trust, que hará que Patagonia sea responsable de su declaración de misión y valores. El fideicomiso será supervisado por miembros de la familia de Chouinard y por sus asesores más cercanos.
El resto de las acciones (98%) es ya propiedad de Holdfast Collective, una organización sin fines de lucro recientemente establecida. En el comunicado de prensa, Patagonia se ha comprometido a distribuir todas las ganancias que no se reinviertan en la empresa para combatir la crisis climática y promover la sostenibilidad. Esta iniciativa filantrópica ascenderá a unos 100 millones de dólares anuales.
«El actual sistema de capitalismo ha logrado sus logros con un coste enorme, incluida la creciente desigualdad social y el daño medioambiental no compensado a gran escala«, ha comentado Charles Conn, presidente de la junta directiva de Patagonia. «El mundo está literalmente en llamas. Las empresas que construyan el próximo modelo de capitalismo a través de un profundo compromiso con el planeta atraerán más inversiones, mejores empleados y una mayor lealtad de los clientes«.
Lo cierto es que la confiscación financiera de Patagonia es, en muchos sentidos, un reflejo de la dedicación de toda la vida de Chouinard a abordar problemas medioambientales. Desde 1985, su empresa se comprometió a dar el 1 % de sus ventas anuales a activistas de base, algo que seguirá haciendo en su nueva etapa. Y sus estrategias de comunicación centradas en desalentar el consumo excesivo y en su desprecio por el capital siempre se han considerado pioneras.
Pero esta última decisión de Chouinard… ha superado cualquier expectativa. Porque ayuda a resolver la cuestión del destino de la firma sin su fundador, una cuestión que la mayoría de las grandes empresas tienen por resolver. Para Patagonia, si todo va según lo planeado, el sucesor será el planeta. Ahí queda eso.
