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God save VIVIENNE WESTWOOD! Adiós a la gran dama de la moda británica y, cómo no, del activismo medioambiental

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2 enero 2023

Nos ha dejado sin hacer ruido… paradojas de la vida. Porque hacer ruido siempre fue una de sus virtudes como diseñadora y, por supuesto, como activista medioambiental. VIVIENNE WESTWOOD deja un legado de moda único, disruptor y brutalmente honesto, paradigma de lo que realmente significa tener actitud punk.

Hace muy poco disfruté bastante con la recomendable serie de Danny Boyle titulada Pistol, anfetamínico homenaje al auge y caída de la banda de rock´n´roll más controvertida de la historia. Y, lógicamente, Vivienne aparece como personaje secundario esencial para entender por qué el fenómeno punk lo cambió todo. Absolutamente todo.

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La tienda que codirigió con Malcolm McLaren, SEX, fue el lugar de encuentro en el que, por primera vez, la customización y el reciclaje se alzaron como formas de crear moda. Personajes que la frecuentaban como Viv Albertine escribió en sus memorias: «Vivienne y Malcolm usaron la ropa para escandalizar, irritar y provocar una reacción, pero también para inspirar un cambio. Demostraron que estaba bien no ser perfecto y mostrar el funcionamiento de tu vida y de tu mente a través de canciones y ropa«. 

Para Vivienne todo lo considerado feo era idóneo para confeccionar prendas punk que se inspiraban en el fetichismo sexual y la estética militar a partes iguales. La clientela de la tienda comenzó a crecer y los medios se dieron cuenta de que algo importante se estaba gestando en ella. Esvásticas, imperdibles, cuero, látex, vinilo, botas Doc Martens, lencería de sex shop, tacones de aguja, medias rotas, cinturones y gargantillas con tachuelas… moda provocadora para una juventud sin futuro.

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Los diseños de Vivienne eran, ante todo, independientes y representaban una declaración de sus propios valores. Por eso, su talento creativo superó el abrasivo y fugaz fenómeno punk para evolucionar hacia una modernidad más sofisticada. Su primera colección de moda presentada ante medios y posibles compradores internacionales fue Pirate. Y con ella subió a la pasarela el savoir faire de otro fenómeno con banda sonora propia, el de los y las New Romantics.

Tras estos inicios, la antigua maestra convertida en gran dama de la moda británica decidió reinterpretar clásicos sin perder un ápice de su inevitable actitud punk. Fue entonces cuando, por poner tan solo un ejemplo, diseñó la mini-crini, una versión abreviada de la crinolina victoriana. En 1989, esta prenda fue descrita como una combinación de dos piezas ideales en conflicto: la crinolina, que representa una «mitología de restricción y estorbo en la vestimenta de la mujer», y la minifalda, que representa una «mitología de liberación… igualmente dudosa».

Durante décadas, su firma continuó creciendo mientras las polémicas lo hacían también en torno a Vivienne. Imposible eludirlas cuando decides convertirte en pionera eco warrior sin renunciar a un estilo de vida high level. Una vez más, la contradicción de intrínseca naturaleza punk guiaba la vida de una mujer que dedicó la última y activista etapa de su vida a concienciar sobre el devastador cambio climático.

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La última vez que escribí sobre Vivienne fue en 2018, cuando se presentó el documental Westwood: Punk, Icon, Activist. Cuando su directora, Lorna Tucker, decidió grabar el film sobre uno de sus ídolos… fue el preciso momento en que comenzó a perder su amistad. Desde 2008 ambas mujeres fueron estrechas colaboradoras en diversas causas sociales y éste, sin duda, fue el motivo por el que Vivienne accedió a ponerse ante la cámara, rompiendo con su tradicional aversión hacia ella.

Sin embargo… su actitud durante el rodaje convirtió el proyecto en una auténtica pesadilla que también afectó a su equipo creativo y a su pareja, el diseñador Andreas Kronthaler. Todos ellos protagonizaron un drama que, menos mal, se amenizó por estupendas imágenes de la iconoclasta trayectoria de la diseñadora desde sus paupérrimos inicios hasta la fama mundial, su labor como activista y su status de fashion icon.

Tucker tuvo muy claro que valió la pena el esfuerzo y la pérdida de su amistad para conseguir hacer realidad un documental que la propia Westwood detestó públicamente. Probablemente ahí está gran parte de su gracia y de su autenticidad. Y también probablemente… visualizarlo es el mejor modo de entender la genialidad de una diseñadora que hizo de lo punk su filosofía de vida. Más allá de estéticas, más allá de estilos, más allá de tendencias.

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