En el actual panorama de la moda, las colaboraciones son más que habituales. Y si se trata de zapatillas deportivas… pues todavía más. El ámbito de la sostenibilidad ya no es ajeno a esta ubicua estrategia de marketing comercial y la firma franco-brasileña VEJA es un buen ejemplo de ello… desde esta temporada SS22.
Tres, nada menos que tres colaboraciones ha presentado esta marca en mes y medio y, de este modo, ha monopolizado gran parte de la atención mediática que generan los drops de zapatillas. El resultado, obviamente, es poco menos que apabullante y confirma el imparable ascenso de la firma.
Desde 2005, VEJA diseña sus zapatillas de deporte en París teniendo siempre en cuenta el uso de materiales ecológicos. La empresa utiliza algodón orgánico de Brasil y Perú para la lona y los cordones, caucho amazónico para las suelas y varios materiales innovadores hechos a base de botellas de plástico y poliéster reciclado.
Por otra parte, las zapatillas VEJA se producen en fábricas de Brasil que respetan los derechos de los trabajadores. Para asegurarse de ello, una parte de su logística está gestionada por Log´ins, una empresa que promueve la integración social y profesional.
A continuación, todos los detalles del trío primaveral de colaboraciones que VEJA ha presentado y que, lógicamente, se ha puesto a la venta en edición limitada, por lo que… hay que espabilar si se decide adquirir alguno de los exclusivos modelos.
VEJA X MARNI
Los modelos V-10 y V-15 de VEJA se han empapado del espíritu libre que caracteriza el estilo de la firma italiana Marni. Dirigida por el director creativo Francesco Risso desde 2016, el universo Marni es el epítome actual de lo bohemio y arty, así que no es extraño que los llamativos colores de unos garabatos sean los protagonistas en estas zapatillas.
El resultado final es una oda a la individualidad y a la creatividad. Cada modelo viene con dos pares de cordones de poliéster 100% reciclado y representa la perfecta intersección entre artesanía e industria, ya que cada par es ensamblado a mano, quedando el pie derecho distinto al izquierdo para subrayar la originalidad que caracteriza a ambos modelos.
VEJA X SEA SHEPHERD
Para esta colaboración, el estudio de VEJA ha diseñado una reinterpretación de las zapatillas Dekkan, íntegramente en color negro e inspirada por la organización de conservación marina sin fines de lucro Sea Shepherd. Esta ONG utiliza la acción directa para ayudar a proteger a las ballenas, los delfines y la fauna marina, además de tener una flota de barcos en primera línea. Junto con las autoridades, combate la pesca ilegal y lleva a los cazadores furtivos ante la justicia.
El modelo en cuestión está fabricado con Alveomesh, un tejido técnico hecho exclusivamente de poliéster reciclado. Las zapatillas resultantes son de uso para el exterior y combinan la tecnología de VEJA y el saber hacer de VIBRAM, una empresa bien conocida por la fabricación de suelas de alto rendimiento que ha producido para la ocasión una entresuela compuesta en un 70 % por caña de azúcar.
VEJA X MANSUR GAVRIEL
La tercera y última cápsula tiene como partner a Mansur Gavriel, la marca de lujo de Nueva York adorada por sus diseños minimalistas y, en contraposición, por sus bolsos llamativos (atención a sus bolsos de cubo y a sus monederos croissant). El resultado de la colaboración es una versión unisex del modelo de zapatillas Campo en una variedad monocromática de colores.
Teniendo en cuenta el respeto de VEJA por el planeta, cada tono tiene un nombre apropiado para honrar el elemento de la naturaleza que lo inspiró: el sol (Sunshine), el cielo (Celeste), la arena (Crema) o la flor de hibisco (Rosa). Colores aparte, las suelas vulcanizadas son de origen biológico y recicladas hasta en un 65%, porque contienen residuos de arroz, caucho reciclado y caucho del Amazonas; los cordones son de algodón orgánico y el forro de poliéster reciclado.
Y respecto a su cuero bovino ChromeFree, procede de granjas situadas en el sur de Brasil (Rio Grande do Sul). Allí se somete a un innovador proceso de curtido en el que no interviene el cromo, los metales pesados ni los ácidos peligrosos. Simplificando dicho proceso, se limita el uso de productos químicos y de energía, se reduce el uso de agua en un 40 % aproximadamente y el uso de sal en un 80 %. Y después del curtido, el agua sobrante es reciclable.
