Fundado por María Eugenia Diego, este estudio situado en Carabanchel replantea el alcance que el arte floral puede llegar a tener
Nacida en Zamora, pero ubicada en Carabanchel (Madrid). María Eugenia Diego es arquitecta, pero la vida le llevó inevitablemente hacia un camino en el que el arte floral lo embellece todo. Tras su experiencia como florista para la firma española de lujo Loewe, Mª Eugenia fundó su propio estudio llamado KOKON en 2020 y, tan solo dos años más tarde, fue galardonada como talento emergente en el Festival FLORA de Córdoba con el primer premio.
El equipo que coordina María Eugenia en KOKON desarrolla proyectos de arte floral con diferentes escalas, desde delicados arreglos hasta instalaciones y escenografías para eventos. Además, también organiza talleres, conferencias y colaboraciones con artistas de otros ámbitos como parte de su imparable actividad como experta en diseño floral.
Existe otro nivel de arte floral
La composición, la armonía y la construcción equilibrada provienen de sus conocimientos de arquitectura y todo ello se aplica al diseño floral en su constante búsqueda de la belleza total. María Eugenia persigue incansable esa poderosa conexión con el público que le incite a reflexionar sobre las plantas y las flores. Sobre la necesidad de tomar conciencia de ellas en el día a día. En este sentido, su vocación ambientalista es otra de las cualidades que le diferencia del resto en el actual panorama floral nacional e internacional.
El pasado año, la especialista en arte floral comentaba en Vogue España: «Kokon es una palabra que existe en varios idiomas y se traduce como envoltura, cápsula o capullo. No quería encorsetarlo porque aún a día de hoy me cuesta definirme, así que le di ese nomnbre para situarlo en un espacio que aloja cosas que están creciendo. Tampoco tenía claro si las flores iban a ser siempre el material protagonista… así que no me quise limitar”.
De menos a (bastante) más
Tras dedicar su primera etapa profesional en varios estudios de arquitectura de Madrid, María Eugenia tomó contacto con el arte floral en Elisabeth Blumen. La experiencia adquirida en este estudio de diseño floral y decoración efímera con vocación artística y poética le sirvió para presentarse a una vacante en el departamento de Loewe Flores. De este modo, comenzó su andadura como florista a finales de 2018… hasta el inicio de la pandemia.
Fue entonces cuando aprovechó el parón mundial para dar forma a un propio proyecto de arte floral. ¿Su punto diferenciador? Su férrea pretensión de acercarse más a las instalaciones de gran tamaño que a los ramos y centros florales. Y a través de ellas, su clara intención de generar un fuerte impacto, similar a la interacción y el efecto que producen las obras arquitectónicas que forman parte de su background.
Arte floral y… ¿cerámica o yoga?
La destreza de María Eugenia para crear colosales instalaciones que reivindican la biodiversidad repleta de inusitadas especies vegetales ha roto con todas las tradicionales reglas del arte floral en España. Y como comentaba en Vogue España, su particular cruzada parte del siguiente planteamiento inicial: «Por un lado, está la flor como elemento decorativo. La mayoría de la gente entiende sus especies como elementos para hacer un espacio más bonito. Y por otro está el arte floral que, por definición, tiene que ir más allá. Puede embellecer, por supuesto, pero también tiene que contar algo e, incluso, llevar a cabo una crítica«.
Los encargos tanto privados como públicos no dejan de llegar a KOKON y María Eugenia continúa inmersa en su particular vorágine floral. Sin embargo, ello no impide que en La Hipoteca, el espacio de trabajo del madrileño barrio de Carabanchel donde se ubica, no pueda resistir la tentación de organizar talleres combinados con clases de cerámica o sesiones de yoga. Y yo me pregunto, ¿puede ser más ECOLOVER su actitud ante la vida desde el punto de vista laboral? Pues la verdad, creo que no.