La flor de esta exótica planta comestible posee múltiples posibilidades culinarias y terapéuticas que son muy beneficiosas para la salud
Si escuchas la palabra «hibisco» tal vez no venga a tu mente su flor, pero si la ves… seguro que la reconoces al instante. Y no solo eso, tal vez hasta tengas alguna de estas vistosas plantas en tu terraza o jardín, ya que es una de las más comunes (y bonitas) para decorar estancias, tanto interiores como exteriores.
Esta planta, originaria de Sudamérica, crece principalmente en México y Panamá, y su flor, amplia y de color rojo o amarillo vibrante, es el emblema de las paradisiacas islas de Hawái. Allí las mujeres suelen lucirlas engalanando su cabello con un significado oculto: la oreja en la que la llevan indica su estado civil. Si la lleva en la derecha, la mujer está soltera; si por el contrario, la luce en la izquierda, está casada.
Además de por su indudable belleza y por ser un precioso emblema, el hibisco destaca porque sus flores son comestibles y tienen múltiples propiedades que son beneficiosas para la salud. Te contamos todo lo que tienes que saber sobre esta bonita flor que, tal vez, tienes en tu casa sin saber todo lo que puede hacer por tu salud y bienestar. ¡Toma nota!
La saludable flor de Jamaica
Hablamos del hibisco en singular, pero lo cierto es que existen más de 150 variedades de esta planta y, atención, las flores de todas ellas son comestibles, tanto frescas como cocinadas. Sin embargo, no todas tienen propiedades medicinales. Las flores de las plantas de hibisco que tenemos en casa para decorar nuestros jardines y terrazas no suelen tenerlas. De hecho, existen dos variedades que están especialmente indicadas para su consumo, hablamos de la flor de Jamaica (hibiscus sabdariffa) y el hibisco rosa chino de hoja perenne (hibiscus rosa-sinensis).
Para asegurarte de que las flores son aptas para su consumo y de que tienen todas las propiedades beneficiosas para la salud, lo ideal es que, si las prefieres frescas, te asegures de que se trata de una de estas variedades. Si no consigues verificarlo, siempre puedes optar por comprarlas secas, trituradas o enteras, según el uso que vayas a darles, en cualquier herbolario.
Pero… ¿cuáles son sus beneficios?
La flor de hibisco cuenta con multitud de activos que le otorgan propiedades medicinales muy beneficiosas para la salud. Son una gran fuente de vitamina C, contienen ácidos orgánicos como el hibísico, el málico y el tartárico, también fitosteroles, pectina y antocianósidos, entre otros. ¿En qué se traduce todo esto?, te preguntarás. En un sinfín de propiedades:
- Digestivas. La flor del hibisco mejora la digestión al proteger las mucosas estomacales y combatir la acidez estomacal. Se recomienda tomar en momentos puntuales de estreñimiento por su ligera acción laxante.
- Circulatorias. Tiene la capacidad de dilatar las arterias y favorecer la circulación sanguínea, por ello, es capaz de regular la tensión arterial y puede ser beneficiosa si padeces patologías circulatorias como las varices.
- Relajantes. Reduce la presión sanguínea, ayuda a bajar el cortisol, y por tanto la ansiedad, relaja el cuerpo y favorece el sueño, reduciendo el insomnio.
- Respiratorias. Tiene propiedades antisépticas y ayuda a tratar de forma natural las infecciones. También favorece la expectoración, lo que lo hace un remedio natural perfecto para aliviar resfriados y gripes.
- Diuréticas. Es un gran diurético, ayuda a eliminar líquidos retenidos en el organismo y, por tanto, ayuda a reducir la hinchazón.
- Inmunológicas. Estimula y refuerza el sistema inmunitario gracias a su contenido en activos como la riboflavina y la tiamina.
- Reduce los síntomas de la menopausia. Gracias a sus propiedades antioxidantes, vasodilatadoras y antiinflamatorias, pero no se recomienda durante el embarazo y la lactancia por su capacidad para reducir el nivel de estrógenos.
¿Cómo se cuida el hibisco?
Si tras conocer todas sus propiedades te animas a incorporar una variedad de hibisco a tu jardín o terraza (o si te hemos descubierto que ya tenías uno) es importante conocer qué cuidados requiere. ¿El objetivo? Que crezca sano y fuerte y que su floración sea abundante. Estos aspectos son los que tienes que tener en cuenta al cuidarlo:
- Luz. Es una planta tropical y, por tanto, demanda una gran cantidad de luz indirecta, nunca directa, ya que podría quemar tanto los capullos como las flores que ya hayan nacido.
- Temperatura. Debe cultivarse en zonas y ambientes que no superen los 21 grados. Por ello es recomendable hacerlo en el interior cuando estamos en climas extremos, tanto fríos como cálidos.
- Riego. Necesita mantener la humedad, sobre todo durante los meses de más calor y durante su floración. Los ambientes húmedos son los ideales para ella, pero siempre puedes pulverizar agua sobre sus hojas a diario para mantenerlas frescas e hidratadas.
- Abono. El abono es una ayuda extra para favorecer la floración y es recomendable añadírselo cada 15 días desde el comienzo de la primavera.
- Poda. A diferencia de otras plantas, el hibisco debería ser podado al inicio de la primavera para que crezca y florezca con fuerza.
4 deliciosas recetas con hibisco
Ha llegado el momento de saber cómo tomar el hibisco para aprovechar todos sus beneficios. La forma más común de hacerlo es infusionando sus pétalos o el cáliz de sus flores, bien en solitario o bien acompañados de otras hierbas para complementar y potenciar sus efectos. Puede tomarse como una tradicional infusión caliente, como infusión fría, en forma de mermelada o como complemento para alguna receta. Te lo detallamos a continuación.
Una infusión fría y refrescante
Agua de flor de Jamaica es el nombre que recibe esta infusión fría, típica de Turquía e Irán, y perfecta para tomar en verano y beneficiarte de todas las propiedades medicinales del hibisco. Se prepara con el cáliz rojo del hibisco y puedes añadirle unas gotas de limón para contrarrestar su sabor ligeramente amargo. Si lo que buscas es una acción relajante, también puedes añadirle unas hojas de melisa para potenciarla.
Una infusión caliente y digestiva
Como decíamos, las propiedades digestivas de la flor del hibisco la hacen perfecta para aliviar digestiones pesadas o molestias gastrointestinales. Si mezclas las flores de hibisco con hierbaluisa y anís verde conseguirás potenciar sus efectos. Mezcla las tres hierbas, déjalas infusionar durante 5-10 minutos en agua hirviendo y tómala cuando todavía esté caliente. Notarás un alivio inmediato.
Una deliciosa mermelada
Tomar el hibisco en forma de mermelada es muy habitual en algunos países. Solo necesitarás 100 gramos de flores de Jamaica, 1 manzana rallada, 1 taza de azúcar y 1 taza y media de agua. Mezcla todos los ingredientes en una olla y ponlo al fuego hasta que hierva. Cuando lo haga, reduce el fuego al mínimo, cocínalo durante 45 minutos y… lista. Tritúrala después si prefieres una consistencia más uniforme. Si no te ha quedado claro, visualiza el vídeo de arriba creado por la comunidad mexicana Movimiento Al Natural, enfocada en promover la alimentación saludable.
Una colorida guarnición para platos
En muchos países el hibisco se toma en forma de guarnición, acompañando carnes y pescados, como si de cualquier otra verdura se tratara. Se toma en crudo, a modo de ensalada o se cocina como el resto de los vegetales. En México, por ejemplo, es muy habitual añadirlo a las tortillas, junto a la cebolla y a la guindilla, para aportarles un intenso sabor que combine de maravilla con el resto de alimentos autóctonos.
