De origen japonés, el masaje kobido no solo tonifica los músculos de la cara, también estimula toda la circulación de energía positiva
Sabemos que la cultura japonesa es entusiasta de los consejos well-aging naturales y, entre ellos, destaca el masaje kobido, una técnica facial ancestral de la que todo el mundo habla. ¿El motivo? Es una forma más holística de reconectar cuerpo y mente a través de un masaje. Líneas finas, arrugas, falta de firmeza… el kobido proporciona un resplandor juvenil espectacular y un lifting natural instantáneo. Es una alternativa natural a las inyecciones para un rostro firme, repulpado y renovado.
Masaje kobido, una técnica ancestral
Los orígenes de «ko» (antiguo) «bi» (belleza) «do» (camino) se remontan a 1472. El masaje Kobido es una técnica de masaje facial con más de 500 años de historia que se ha transmitido a través de 26 generaciones. Sus orígenes se remontan al período Muromachi y fue creado por dos maestros de anma, una forma más tradicional de masaje japonés. Estos maestros desarrollaron esta técnica exclusiva para la emperatriz y las geishas, quienes anhelaban mantener una piel joven y radiante.
Más que un simple tratamiento estético, el masaje kobido incorpora principios de la medicina tradicional oriental. La técnica se basa en el concepto de «ki», o energía vital, y busca armonizar su flujo a través del cuerpo. Al equilibrar esta energía, no solo logramos una piel más bella, sino también una sensación de bienestar y serenidad interior.
“El masaje Kobido ayuda a rejuvenecer y reparar el tejido facial, previene y reduce el impacto del proceso del envejecimiento, liberando la energía y la tensión bloqueada en los músculos faciales y del cuello. Con maniobras muy rápidas y rítmicas se estimula el sistema nervioso, se mejora la circulación de la sangre y el flujo linfático, se consolidan y tonifican los músculos, y se equilibra el flujo de la energía en el rostro hasta recolocar el óvalo facial”, apunta Paz Torralba, directora de The Beauty Concept.
Los beneficios del masaje kobido
El masaje kobido combina movimientos rápidos y rítmicos con técnicas de amasamiento, golpeteo, fricción y presión en puntos específicos del rostro. Eso sí, ha de hacerlos una persona experta, con las habilidades y conocimientos necesarios para obtener y aprovechar todos sus beneficios.
Es una técnica compleja que requiere de la secuencia exacta y la presión adecuada para aplicar en cada zona del rostro. Por ello es necesario conocer muy bien la anatomía de la cara para saber trabajar con sus músculos y su estructura ósea. Una técnica incorrecta podría causar daños y lesiones en la piel y en los músculos faciales.
Los movimientos del masaje kobido están diseñados para:
- Rejuvenecer la piel. Al estimular la producción de colágeno y elastina, reduce arrugas y líneas finas, dejando la piel más firme y elástica.
- Mejorar la circulación. Aumenta el flujo sanguíneo y linfático, ayudando a eliminar toxinas y aportando más nutrientes a las células de la piel.
- Aliviar la tensión. Relaja los músculos del rostro, cuello y hombros, reduciendo la aparición de dolores de cabeza y estrés.
- Tonificar el rostro. Mejora el tono muscular y la elasticidad de la piel, proporcionando un contorno facial más definido.
- Calmar y relajar. Promueve una sensación de bienestar general, aliviando el estrés y mejorando el estado de ánimo.
¿Qué distingue el masaje kobido?
El masaje kobido es un arte tradicional, como el origami o la ceremonia del té, que precisa de un gran rigor. Sin embargo, tiene similitudes con los llamados masajes profundos, que actúan hasta el nivel muscular. Por ello es extremadamente complejo, ya que se basa en más de mil técnicas que se dividen en 48 categorías. En cada una de ellas se ofrecen diversas variantes dependiendo de la parte del rostro sobre la que se aplican. Y todas ellas se llevan a cabo con una crema, no con aceite, para mantener un estrecho contacto con los tejidos.
Lo cierto es que no se trata de un tratamiento corriente. Durante el masaje kobido se utilizan los dedos, las muñecas, los antebrazos y los hombros en una serie de gestos sincronizados que parecen coreografías de ballet. Se trabaja un lado de la cara y luego el otro. En función de la intensidad y la velocidad de los movimientos, la acción sobre las estructuras faciales es más o menos profunda, ya que el objetivo de la sesión es provocar un verdadero efecto lifting natural en el rostro.
A diferencia de los masajes convencionales, que pueden ser más superficiales o enfocarse solo en la relajación, el masaje kobido penetra profundamente en los músculos faciales, trabajando desde dentro hacia afuera. ¿El resultado? Un contorno facial más definido y una piel visiblemente más joven, además de una experiencia de relajación profunda. Porque alivia el estrés y la tensión acumulada en los músculos del rostro, cuello y hombros, proporcionando una sensación de serenidad que pocos tratamientos pueden igualar.
El masaje kobido no es indicado si…
Nada es perfecto en la vida. Aunque el masaje kobido ofrece numerosos beneficios, también existen ciertas contraindicaciones que debes tener en cuenta antes de disfrutar de esta antigua técnica. Si sufres problemas cutáneos, como heridas abiertas, irritaciones o acné severo, el masaje puede agravar la condición. También es crucial evitarlo si tienes dificultades de coagulación sanguínea, hipertensión no controlada o condiciones cardiacas serias.
Además, las personas en tratamiento por cáncer deben consultar a su médico debido a los efectos en la circulación linfática. Asimismo, aquellas personas que se han sometido a una cirugía facial reciente deben esperar hasta su total recuperación. Las infecciones o procedimientos dentales recientes también son una contraindicación. Por último, quienes padecen trastornos neurológicos, como la epilepsia, deben consultar con su médico antes de someterse a un masaje kobido.
En resumen, el masaje kobido es una celebración del rejuvenecimiento natural y del bienestar integral. Con su enfoque holístico, sus técnicas únicas y sus múltiples beneficios, es el secreto mejor guardado de la J-Beauty. Un secreto que te invitamos a experimentar (siempre y cuando no cumplas con alguna de las anteriores indicaciones) para descubrir que la verdadera belleza radica en el perfecto equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu.
