En colaboración con los mejores artesanos, esta iniciativa no solo abarca la moda, también el diseño de objetos para el hogar
Vivimos tiempos en los que la solidaridad en la moda urge. Y más cuando se trata de países como Ucrania. Natalya Kamenskaya y Maria Gavrilyuk son dos diseñadoras ucranianas que se basan en la artesanía popular de su país para dar un toque contemporáneo a símbolos tradicionales. Así es cómo surgió la marca Gunia Project.
Como marca comprometida, la misión de Gunia Project es preservar la rica herencia de la tradición popular ucraniana reinterpretándola a través de objetos contemporáneos destinados al uso diario. Para ello ofrece una gama de ropa, complementos y pequeños objetos y adornos, todos hechos a mano. Cada una de sus colecciones representa una fusión singular entre una meticulosa consideración del diseño, unas profundas investigaciones en etnografía y un enfoque artístico de la artesanía.
Un universo llamado Gunia Project
De sorprendentes vajillas a velas decorativas, joyas, cuellos bordados a mano o una camisería de excepcional costura. Todo cabe dentro del universo Gunia Project, en el que Ucrania siempre está presente como principal inspiración. Su alcance, por tanto, no solo se limita al armario, también abarca todo lo que se denomina homewear sostenible.
La amistad y la colaboración entre Natasha y Maria surgió cuando la primera era directora creativa de la actual firma Lake Studio y la segunda formaba parte de su equipo. Maria acabó trabajando como directora de arte en 2017 y fue entonces cuando el ritmo frenético y la intensa competencia de la industria de la moda les hizo plantearse la posibilidad de poner en marcha un slow project que tuviera en cuenta la sostenibilidad.
Tras un viaje por las montañas de los Cárpatos, Natasha experimentó una catarsis al darse cuenta del arraigo de la cultura ucraniana que yacía oculta tras los estereotipos de la era soviética. Y lo compartió con Maria, que no dudó en confirmar sus sospechas. Tenían que enfocar su proyecto teniendo en cuenta su necesidad de celebrar la riqueza del patrimonio cultural de Ucrania.
El punto de partida: un abrigo
Su trabajo en común (y el nombre de la marca, obviamente) comenzó con el diseño de una gunia, que es un abrigo de lana hecho con lana esquilada, elaborado tradicionalmente en los Cárpatos. Se parece a un abrigo de piel, voluminoso y muy calentito, pero… ninguna oveja resulta dañada durante su creación. Primero, los artesanos las esquilan cuidadosamente, luego lavan la lana, hilan las fibras y las tejen creando gunias.
Según declaró recientemente a Vogue España, Natasha, durante una visita a esta zona, fue testigo de este respetuoso y delicado proceso artesanal y le recordó a una fotografía de sus padres en la citada cordillera, donde aparecían posando con sus gunias. Esto le inspiró para reinterpretar la prenda en colaboración con los artesanos y de un modo más moderno y contemporáneo.
La cara más naíf de Ucrania
El arte naíf de Ucrania ha influido significativamente en el trabajo de Gunia Project. Sobre todo porque proviene de personas sin formación artística formal. Sus creaciones son el resultado de una percepción directa, a menudo perdida en el arte contemporáneo. Para entendernos, se trata de ese tipo de percepción que conecta su visión con el de otros artistas como el español Aitor Saraiba.
Se trata de pinturas e ilustraciones sin un hilo conductor concreto, basadas en recuerdos personales, la inocencia infantil y la franqueza como poderosa fuente de inspiración. Ya sea en archivos, museos o exposiciones, Natasha y Maria descubren elementos cautivadores y novedosos que alimentan su infinita creatividad.
Y aunque atraviesan las fronteras de Ucrania en busca de inspiración en otras culturas, sus corazones siempre permanecen profundamente conectados con las sorprendentes raíces de su patrimonio cultural. ¿Su misión a través de Gunia Project? Elevar y popularizar los códigos únicos de la cultura ucraniana para compartirlos con la audiencia global.