Contenido patrocinado por Unavida Cosmetics
Bajo la máxima del minimalismo nació Unavida Cosmetics, una firma que es fruto del trabajo de dos emprendedoras, Laura Gallego y Jessica Bajón, que detectaron la falta de firmas beauty sostenibles y de vanguardia. Tras un brainstorming (y una experiencia de más de 20 años en el sector de la belleza) llegaron a la conclusión de que querían crear una marca basada en el bienestar, el slow beauty y el well-aging, para cambiar la forma en la que entendemos y se comunica la cosmética. Interesante, ¿verdad?
«No creemos en productos milagrosos ni mágicos, concebimos la belleza como una forma de vida en la que, además de utilizar los mejores ingredientes, resulta fundamental el ritual de uso y el bienestar que proporcionan esos pequeños momentos. Desde nuestro laboratorio propio creamos cosmética que combina el bienestar de la piel, la mente y el cuerpo. Para nosotras lo más importante es trabajar con 4 bases sólidas: la evidencia, la innovación, el conocimiento de la piel y los mecanismos bioquímicos», aseguran las cofundadoras de Unavida Cosmetics.
La sostenibilidad no es un coste para Unavida Cosmetics… ¡es una inversión!
La visión holística de esta firma honesta (y made in Spain) pasa por una cosmética formulada con un alto porcentaje de ingredientes de origen natural y un packaging tan cuidado como sus formulaciones. ¿El motivo? Respetar y cuidar la piel y el planeta, pero también los valores sostenibles sobre los que se sostiene Unavida Cosmetics. La caja de los productos está creada con residuos de la caña de azúcar utilizada en la industria alimentaria. Por eso, para fabricar sus packagings, no se tala ni un árbol, lo que se traduce en una apuesta firme por la economía circular y la protección del medioambiente.
¿Otra de sus ventajas? Unavida Cosmetics apuesta por los formatos sólidos porque, además de ser compactos y fáciles de transportar, se reducen las emisiones durante el transporte y, por tanto, la huella de carbono. Por último, hay que destacar el uso de ingredientes y principios activos naturales. Sin embargo, lo más reseñable de la firma es que no protagonizan ni relegan activos, sino que, para las cofundadoras, los ingredientes han de trabajar en sinergia para multiplicar su efectividad.
Descubre los tres productos imprescindibles de Unavida Cosmetics
El producto más especial de esta firma honesta es, sin duda, Oh La La! Well Aging. Se trata de un contorno de ojos (que ya se ha convertido en un auténtico must) que mejora la apariencia de las ojeras y las bolsas en un solo gesto. ¿Sus ingredientes estrella? El árbol de la seda, la niacinamida o los extractos de ceras naturales de jojoba y abeja. Todos ellos trabajan en sinergia para reducir los signos de fatiga, hidratar y proteger la zona del contorno para conseguir una mirada más fresca y revitalizada. Además, se trata de un producto unisex con doble acción reafirmante: elevar los párpados y conseguir un efecto lifting.
La crema hidratante Creamy Cream (Premio Plata del Público en la última edición de los Green Beauty Awards) se crea a partir de una formulación minimalista a través del cultivo celular de edelweiss y de ingredientes derivados del aceite de oliva y del ácido láctico. Tiene una textura muy ligera y de rápida absorción (ideal para todo tipo de pieles, incluidas las sensibles). ¿Su principal ventaja? Su acción barrera, es decir, fortalece la epidermis para evitar la pérdida de agua transepidérmica y, en definitiva, la deshidratación. Además, inyecta una luminosidad preciosa a la tez y mejora la apariencia de rojeces.
Por último, atención al limpiador facial sólido Supermoon, topseller por excelencia de Unavida Cosmetics. Es un jabón, pero sin jabón. ¿Y esto que significa? Ejerce una limpieza suave, pero en profundidad y sin resecar la piel. Por tanto, es ideal para todo tipo de pieles, incluidas las reactivas y sensibles, ya que está formulado a base de aloe vera, con propiedades hidratantes y calmantes; aceite de argán y almendras, con un alto poder nutritivo; y almidón de maíz. Tan solo tendrás que humedecer tu rostro (y tus manos) con agua tibia y frotarlo con tus palmas hasta generar una suave espuma y… voilà!
