¿Objetivo? Demostrar que la ropa de segunda mano se puede transformar en prêt-à-porter de lujo. ¿Cómo? Usando los mercados de ropa del centro de Johannesburgo como si fueran talleres parisinos. ¿Quién se esconde tras semejante (y brillante) ocurrencia? El diseñador sudafricano Thebe Magugu, ganador del Premio LVMH en 2019 y finalista del Premio Internacional Woolmark en 2021.
Con su colección SS23 llamada Discard Theory, Thebe Magugu reflexiona sobre un pensamiento que se ha vuelto cada vez más insidioso: la obsesión de ciertas firmas por proponer ropa de calle como artículos de lujo imprescindibles. Y para ello, estuvo hurgando en la ropa desechada que hay en Dunusa, un área donde Estados Unidos y Europa arrojan montones de prendas sucias de segunda mano.
Por otra parte, el estilo de las mujeres de Johannesburgo que aprovechan la ropa para crearse piezas que sorprenden por su originalidad inspiró a Thebe Magugu para crear la propuesta: «Esa hibridez, esa conversación involuntaria entre «the West & the rest», fue el punto de partida de la colección«, comentó a la revista Dazed antes de presentar las creaciones en un desfile organizado en el Victoria & Albert Museum, nada menos.
Chándales de Adidas reconvertidos en trajes dos piezas con capa, manteles a cuadros reciclados en chales con adornos de marabú y muchos apliques deshilachados y cortes que sugieren daños por desgaste. El upcycling como medio de expresión para reivindicar una sostenibilidad que es elemental, pero no necesariamente una declaración deliberada: “Creo que los y las africanas en general tienden a reutilizar y, a veces, a descontextualizar las cosas para su uso prolongado. Somos naturalmente sostenibles por naturaleza”, afirma en la citada revista.
Thebe Magugu ha crecido viendo las mismas piezas heredarse entre los miembros de su familia… para ser usadas con diferente estilo: “Mi abuela usaba una blusa conservadora para ir a la iglesia, abrochándola hasta el cuello, mientras que mi tía desabrochaba todo y ataba los extremos alrededor de su cintura, creando una blusa corta estilo cruzado”, comenta en Dazed.
Lo cierto es que la proliferación de ropa de segunda mano en el continente natal de Thebe Magugu parece haber enriquecido la identidad africana. Sin embargo, este tipo de comercio, donde las naciones ricas dependen de los países africanos como sistemas de eliminación de desechos, es un campo de batalla político anudado. En Accra, por ejemplo, unos 15 millones de prendas usadas llegan a la ciudad cada semana, y se estima que el 40 por ciento se considera inútil al llegar, inundando los vertederos y diezmando las empresas textiles locales.
Y a todo ello Thebe Magugu añade lo siguiente: “Estas importaciones tienen efectos devastadores en el medioambiente y le enseñan a la gente que el verdadero valor de la ropa es simplemente la cantidad por la que la compran en estos mercados. En consecuencia, esto sitúa a los diseñadores, especialmente a los y las emergentes y jóvenes, en una posición de gran desventaja”.
En medio de semejante caos… es curioso cómo todavía queda un atisbo de esperanza para la moda en África. Thebe Magugu cree firmemente que los y las africanas siempre han sido capaces de tomar las cosas que les lastiman, darles la vuelta y ganarse la vida con ello. De hecho, el ingenio de muchos de sus amig@s les ha permitido poner en marcha negocios en los que utilizan ropa residual y la vuelven a trabajar para acabar vendiéndola de nuevo.
La colección Discard Theory viene acompañada por un documental del mismo título centrado en mostrar todo lo anteriormente comentado para hacernos pensar sobre la globalización de la moda y sobre la identidad a nivel nacional o continental. Un polémico tema que, como siempre ocurre, hay que intentar analizar desde un punto de vista constructivo para comprobar que de lo malo se puede sacar algo bueno.
