Un método utilizado por primera vez en los negocios, es hoy un concepto de desarrollo personal. ¿El fin de la filosofía Kaizen? Iniciar micro cambios para conseguir grandes logros
Enfrentarse a múltiples desafíos, sentirse abrumado por la carga y experimentar un constante estado de estrés son situaciones comunes. A menudo, nos encontramos ante una lista interminable de tareas que realizar, mientras que detrás de nosotros se acumulan proyectos sin concluir. Desde intentos fallidos de llevar a cabo cambios en nuestra vida, como empezar una dieta o una rutina de ejercicio físico, hasta la dificultad para mantener el orden en nuestro día a día o dedicarnos a nuestras pasiones, como la lectura, la escritura o el arte… todo esto puede contribuir a sentirse desbordados.
Además, invertimos gran parte de nuestra energía en satisfacer las expectativas de los demás, dejando poco espacio para cuidarnos. Y, como sabes, el autocuidado es imprescindible para elevar nuestro bienestar propio. Es imposible estar bien con los demás si primero no lo estamos con nosotros o nosotras mismas. Esta acumulación de esfuerzo y preocupaciones puede manifestarse en un sentimiento difuso de malestar, una constante sensación de insatisfacción y frustración que, a menudo, resulta difícil de identificar. Y aquí es donde entra en juego la filosofía Kaizen.
Pero… ¿qué es la filosofía Kaizen?
Hygge, Lagom, Ikigai… hay muchas tendencias de estilo de vida que han causado furor en los últimos tiempos. Y la filosofía Kaizen, una palabra japonesa que alude a la “mejora continua o superación personal”, es la última de ellas según la web Psychology Today. Este método, que se hizo famoso gracias al libro Kaizen: Japan’s key to competitive success escrito en 1990 por Masaaki Imai, se utilizaba principalmente en el mundo empresarial antes de finales del siglo XX. Pero, desde hace algunos años, también se aplica al desarrollo personal.
“La filosofía Kaizen tiene su origen en una estrategia llamada Training Within Industry (TWI) que Estados Unidos utilizó durante la Segunda Guerra Mundial. Había que fabricar suministros de guerra a un ritmo vertiginoso para enviarlos al otro lado del Atlántico. No había suficiente mano de obra, tiempo ni instalaciones para crear fábricas de combate completas. Así que se tuvo que utilizar lo que se tenía«, explican en la citada web.
Pues bien, ahora este método parece ser “universal” y, por tanto, se aplica a diferentes ámbitos de la vida. Se ha convertido en una herramienta de desarrollo personal que aboga por cambios sutiles y sencillos, pero duraderos. La filosofía Kaizen es la herramienta ideal para cualquier persona que quiera cambiar su vida y sus hábitos. Eso sí, no es un nuevo lifestyle que se decida adoptar de la noche a la mañana. Antes de cambiar hábitos arraigados, debemos saber qué cambiar para poder establecer un plan de ataque que tenga en cuenta nuestras costumbres.
En lugar de lanzarse a lo desconocido, la filosofía Kaizen sugiere dar un paso atrás y analizar los comportamientos actuales, para decidir qué cambios hacer o pensar en nuevos proyectos. Y después poner en marcha un plan compuesto de pequeños pasos graduales. Es decir, este método nos anima a mirarnos internamente, desde un punto de vista psicológico, para detectar esos mecanismos intrínsecos que hacen tan difícil abandonar nuestros malos hábitos. ¿El objetivo? Ofrecer un marco estructural claro para realizar cambios reales y duraderos.
Cómo practicar la filosofía Kaizen
Una vez analizado lo que hay que cambiar, es hora de fijar un objetivo y dividirlo en una serie de microtareas. Éstas deben poder integrarse sin esfuerzo en nuestra rutina diaria, para que la transición a la nueva sea sencilla y gradual. En definitiva, que no cueste esfuerzo para que sea sostenible en el tiempo. La filosofía Kaizen no requiere ninguna acción drástica.
Por ejemplo, si decides que has de comenzar a hacer ejercicio físico… camina hoy 10 minutos por tu casa, sal a pasear de manera moderada, pero no pretendas empezar nadando 1 hora. Si crees que deberías leer más, lee tan solo una o dos páginas de un libro que te motive; o, si quieres conseguir meditar 30 minutos al día, comienza con una tanda de respiración completa al día. Y al día siguiente… añade otros diez minutos, otra página del libro u otra respiración.
En cualquier caso, conviene tener en cuenta que estos objetivos, por cortos y a veces ridículos que parezcan, serán los primeros pasos en la construcción de cambios duraderos en nuestra vida. Es más, los nuevos proyectos (e ilusiones) son la forma ideal de alejarse de viejos hábitos tóxicos y canalizar el estado de ánimo hacia lo positivo. Pero, ¿cómo saber lo que depende de nosotros cambiar?
Cómo saber qué podemos cambiar (y que no) según la filosofía Kaizen
Una vez hayas detectado qué cambios quieres hacer en tu vida para mejorarla de una manera sencilla has de valorar si esa transformación está en tu mano o si, por el contrario, son cosas que se escapan de tu control. ¡Toma nota de los siguientes consejos que has de seguir en la filosofía Kaizen!
- Enfócate en lo que puedes controlar. En lugar de caer en un estado abrumador por lo que está fuera de tu control, concéntrate en aquellas áreas donde puedes marcar la diferencia. Al hacerlo, te empoderarás para realizar cambios significativos en tu vida.
- Identifica áreas de mejora. Haz una pausa y reflexiona sobre tu día a día. ¿Qué aspectos podrían beneficiarse de una pequeña dosis de mejora? Desde tu rutina de ejercicio hasta tus hábitos alimenticios, identifica dónde puedes hacer ajustes para vivir una vida más plena y saludable.
- Prioriza los cambios incrementales. La filosofía Kaizen nos enseña que las grandes transformaciones a menudo comienzan con pequeños pasos. En lugar de buscar cambios drásticos, comprométete con mejoras constantes y sostenibles a lo largo del tiempo.
- Fomenta la participación. La colaboración es clave en el camino hacia una vida mejor. Invita a tus amigos, familiares o allegados a unirse a ti en tu búsqueda de mejora personal. Juntos, podéis compartir ideas, apoyo y motivación.
- Acepta la experimentación y el aprendizaje. No temas probar cosas nuevas y salir de la zona de confort. Experimenta con diferentes enfoques y mantén una mente abierta a aprender de tus experiencias, incluso de los errores. Cada paso, según la filosofía Kaizen, te acercará más a tus metas.
- Evalúa constantemente. Tómate el tiempo para evaluar tu progreso regularmente. Celebrar tus logros te motivará a seguir adelante, mientras que identificar áreas de mejora te permitirá reajustar tu enfoque según sea necesario.
- Deja de buscar la perfección. La búsqueda de la perfección puede ser agotadora y desalentadora. En lugar de eso, abraza el proceso de mejora continua y celebra cada pequeño avance en tu viaje.
- Reconoce los límites. Si bien la filosofía Kaizen promueve la mejora constante, también nos recuerda que hay aspectos de nuestras vidas que están fuera de nuestro control. Aprende a aceptar estos límites y enfoca tu energía en lo que sí puedes cambiar.